California se ha quitado la mascarilla. El Estado más poblado de Estados Unidos ha elegido este martes para dar por concluida tras 15 meses la batalla contra el coronavirus. El 70% de los adultos ha sido ya vacunado con al menos una dosis. Las muertes provocadas por el virus y los casos siguen disminuyendo y se encuentran en uno de los puntos más bajos desde el inicio de la emergencia sanitaria. Las autoridades han anunciado con tono triunfalista el retorno del Estado a la normalidad, una de las principales economías no solo en el país norteamericano sino en el mundo. “Estamos abiertos de nuevo, California ha pasado página”, ha dicho esta mañana el gobernador Gavin Newsom.
Desde este martes pueden quitarse la mascarilla en lugares públicos los cerca de 19 millones de personas que han cumplido dos semanas tras recibir la segunda dosis de las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna o la única de Johnson & Johnson. La distancia de seguridad sugerida entre personas también llega a su fin. Los condados eliminan el sistema de colores que regulaba la capacidad en restaurantes y tiendas, que podrán funcionar al 100% de su capacidad tanto al interior como al exterior. Los comercios, no obstante, son libres de decidir si mantienen la política de exigir mascarilla a sus clientes.
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El uso del accesorio seguirá siendo obligatorio por el momento en el transporte público pues se basa principalmente en un sistema de honor. California ha dicho no al pasaporte de vacunas, pero prepara para lanzar en las próximas semanas un formato digital que identifique a los inmunizados. Los asistentes a los grandes eventos con más de 5.000 personas, como puede ser el público de los estadios deportivos, sí deberán mostrar su cartilla de vacunación.
California fue una de las puertas de entrada al virus en Estados Unidos gracias a su robusta conexión de tráfico aéreo con Asia. La entidad registró en sus hospitales extraños casos de neumonía semanas antes de que el país confirmara la detección del primer infectado. Un análisis forense al cuerpo de una mujer de 57 años originaria del condado de Santa Clara encontró anticuerpos del virus. La víctima había fallecido el 6 de febrero, lo que la hace una de las primeras muertes por covid-19 en el país. Las acciones implementadas llevaron a la región a ser pionera en domar la curva de contagios, en abril de 2020. Pero el virus retornó con fuerza desde diciembre del año pasado y dejó el grueso de muertes para el primer trimestre de 2021.
La entidad ha registrado más de 63.000 decesos de los más de 600.000 que ha sufrido el país. Este lunes fueron once personas fallecidas, una cifra muy lejana desde el día más negro de la pandemia en la entidad, el 24 de febrero de 2021, cuando se apagaron la vida de 1.080 personas.
“Seguiremos vigilantes, pero hoy es un día para celebrar y reunirnos”, dijo el gobernador Newsom en el parque de atracciones de los estudios Universal, el lugar elegido para dar el pistoletazo de salida de vuelta a la normalidad. El sitio es uno de los destinos turísticos más visitados de California, un Estado que reconoce al entretenimiento y al turismo como motores de una economía que representa, junto a otros sectores, el 14% del PIB estadounidense. El demócrata afirmó que los especialistas se mantendrán estudiando el impacto de las variantes que han aparecido y que han provocado repuntes en otras latitudes. El político, que se jugará en noviembre la continuidad del puesto, estuvo acompañado, además de médicos, trabajadores sanitarios y parte de su equipo, por la fauna ficticia local: Shrek, minions, trolles y Optimus Prime, el líder de los Transformers. La reapertura del Estado reduce considerablemente la posibilidad de que Newsom pierda la elección en el otoño. Su aprobación, en torno al 52%, está repuntando.
A pesar del tono triunfalista de las autoridades, California debe seguir convenciendo a sus habitantes de vacunarse. Con 17 millones de personas vacunadas, los niveles de inmunización se han estancado y el Estado se encuentra debajo de la media en el país en el conteo de población con las dos dosis (un 43%). De forma preocupante cuenta con un rezago importante entre la población latina. Los hispanos, por ejemplo, representan el 40% de la población elegible para recibir una dosis, pero solo lo ha hecho el 27%. Los afroamericanos, casi el 6%, se aceran al 4% de la vacunación. El 36% de los blancos ya ha sido vacunado cuando representa el 38%. Las personas de origen asiático son quienes más se han volcado al llamado.
Las autoridades han preparado una serie de incentivos con la esperanza de que los reticentes cambien de opinión. Entres las ofertas están la rifa de paquetes vacacionales exclusivos para vacunados. Estos incluyen la posibilidad de cubrir todos los gastos para ver jugar a los Gigantes en San Francisco, a los Lakers en Los Ángeles, disfrutar un spa en Palm Springs, visitar Disneyland en Anaheim o clases para aprender a surfear en San Diego.
Quizá el mayor incentivo es el económico. El Estado ha hecho despliegue de su fortaleza económica con una lotería que incluye millones de dólares que pueden cambiar la vida a uno de los 22 millones de vacunados. Este martes, California premió a 10 habitantes con 1.5 millones de dólares. Los premios fueron para cuatro angelinos y a pobladores de los condados de Riverside, Santa Bárbara, Sacramento, Stanislaus, Ventura y Marin. “Ni siquiera sabía de esto”, dijo una mujer ganadora de los estímulos del Estado mientras recibía un gigantesco cheque de manos de Newsom. “Mírenla, haciéndose más rica al mismo tiempo que se hace más sana”, bromeó el gobernador.
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