En el noveno día de protestas en Francia, los viajes en tren y avión se vieron interrumpidos, solo unos días después de que el gobierno impulsara una legislación para aumentar la edad de jubilación en dos años a 64.
Los maestros, entre muchas otras profesiones, optaron por abandonar sus puestos de trabajo mientras se calma la situación.
Las manifestaciones en el centro de París fueron en general pacíficas, pero grupos más pequeños de anarquistas del “Black Bloc” o bloque negro rompieron escaparates, demolieron mobiliario urbano y saquearon un restaurante Mcdonald’s.
Se produjeron enfrentamientos cuando la policía antidisturbios entró y hizo retroceder a los anarquistas con gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, dijo que 123 policías resultaron heridos y 80 personas arrestadas en todo el país.
Los sindicatos temen que las protestas se vuelvan más violentas si el gobierno no presta atención a la creciente ira popular por las restricciones a las pensiones.
Señaló que las autoridades registraron 140 incendios en la capital, de los que medio centenar siguen en curso, la mayor parte de ellos aprovechando mobiliario urbano o las montañas de basura acumuladas en las calles tras dos semanas de huelga de recogida.
Darmanin señaló que la policía considera que en París había unos mil 200 manifestantes violentos, que identificó en muchos casos con activistas de extrema izquierda, en su mayor parte jóvenes. Un millar de ellos siguen en las calles de la ciudad, lo que justifica un gran despliegue policial.
Señaló que están analizando las imágenes de las cámaras de vídeo-vigilancia de la policía y de las calles para tratar de identificarlos y que ha dado instrucciones para poder llevarlos ante los tribunales.
El ministro aseguró que se trata de la sexta jornada de manifestación que acaba con disturbios y aseguró que “la violencia no será tolerada”. (Reuters y EFE)
Source link