El City deja vivo al Real

Camavinga y Rodrygo, claves

La entrada de Camavinga y de Rodrygo dio la vuelta a un partido que el City tenía ganado. El francés aguantó él solo un mediocampo sin los cracks habituales y el brasileño logró un doblete ante una defensa pasmada. El Madrid estaba fuera en el 89 y en el 95 se clasificó para la final de la Champions que jugará ante el Liverpool en París. El Madrid juega al límite hasta el último segundo y eso sí es explicable. Y no es nuevo. Pasó ante el PSG y contra el Chelsea. Y se repitió ayer, como en la famosa película El Día de la Marmota, en la que el egocéntrico meteorólogo que interpreta Bill Murray vive el mismo día una y otra vez. El Madrid también juega a eso. Los blancos necesitaban un gol y en un minuto metieron dos. Hay un factor psicológico que lo favorece en Champions, porque todos los rivales saben que los últimos minutos del Madrid no son para pasar el tiempo si necesita dar la vuelta al encuentro. No hay milagros. Mete a numerosos delanteros, muchos balones en el área y muchas veces acierta porque los jugadores se creen realmente que pueden darle la vuelta. Otras veces no acierta, pero esas no salen en los medios.

Lo ha repetido en tres ocasiones. “Ha sido un golpe duro”, dijo Guardiola al acabar el encuentro. El técnico, que utilizó una frase famosa en el Barça: “Es lo que hay”, se quedó a las puertas de la final y con la asignatura pendiente de ganar una Champions sin Messi y el Barça. El City no hizo su mejor partido ayer en el Bernabéu. Era difícil pero no consiguió ordenarse tras la reacción del Madrid. Los cambios de Ancelotti dieron la vuelta al encuentro y el Madrid se toma la Champions como una competición diferente. En las tres eliminatorias, los rivales fueron superiores en fútbol la mayor parte del tiempo, pero el Madrid persigue los minutos decisivos y, en ocasiones, como ayer, ante el Chelsea o contra el PSG, los convierte en éxito. El City, que ha realizado una importantísima inversión en fichajes y despliega un excelente fútbol, deberá esperar, como el PSG, para ganar una Champions. En París no estará solo la Premier.




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