Todos buscamos la felicidad a lo largo de nuestra vida y esto, irremediablemente, en la mayoría de los casos, está ligado a tener pareja o no. Pero algunas teorías dicen que el amor para toda la vida puede dificultar esta búsqueda de la felicidad a lo largo del tiempo.
Esta es la teoría que ha presentado el psicólogo experto en relaciones de pareja, Rafael Santandreu, en su libro ‘Las gafas de la felicidad’. Según su estudio el camino para la felicidad máxima pasa por cambiar de pareja cada cinco años.
No somos monógamos
A pesar de que en mucho casos hasta podría parecer algo lógico, lo cierto es que la teoría y el marco de investigación de Santandreu ha levantado cierta polémica.
En su libro, el psicólogo catalán defiende que las relaciones de pareja que pasan de los seis años acaban por convertirse en relaciones tóxicas que llevan a situaciones de dependencia emocional e, incluso, enfermedades mentales.
Para Santandreu, los humanos no somos monógamos, ya que ha sido algo impuesto por la propia sociedad y el mundo en el que nos movemos. En esto tiene mucha influencia la religión.
«Vivimos el amor sentimental como algo antinatural y lo entendemos de una manera enfermiza, por eso funciona tan mal» comenta en su libro.
El escritor y experto en parejas argumenta que la durabilidad de las parejas de más de cinco años tiene que ver más con una dependencia emocional que supone algo tóxico a la larga para todas las parejas.
Si esta dependencia no existiera, tal y como comenta Santandreu, las parejas se acabarían rompiendo tarde o temprano debido a la falta de pasión, la monotonía y otros factores que acaban por llevar al fracaso a cada vez más parejas.
«La monogamia ha funcionado porque permite que los varones piensen que son dueños de su pareja. Esta no es una forma de vida, es el vínculo entre un amo y un esclavo» explica también en su último libro.
Cinco años de pareja
Según su relato, los cinco años marcan el declive de una pareja y por tanto la felicidad de esta. Aunque estos cinco años son solo un punto de partida ya que, tal y como explica el autor, cada pareja tiene cierto margen y tienen sus motivaciones para estar juntos.
En este sentido, el psicólogo aboca por un entendimiento real de la pareja entre ambos miembros y de saber cómo está la relación. Cuando se detecte un síntoma de fatiga o que está en el final, lo mejor es cortarla y no dejar paso a la dependencia emocional futura.
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