El cambio climático está calentando dos veces más rápido el Ártico que el promedio mundial, provocando que en la zona se presenten fenómenos no comunes al área geográfica, como tifones o humo de incendios forestales.
De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés), las temperaturas anuales del aire del sitio, desde octubre de 2021 hasta septiembre de este año, fueron las sextas más cálidas desde 1900, continuando una tendencia al alza de las últimas décadas. Asimismo, los siete años más cálidos de la región desde 1900 han sido los últimos siete.
A su vez, aunque la cobertura del hielo marino fue mayor que en años recientes, pero mucho menor que el promedio a largo plazo. Su extensión, grosor y volumen se recuperaron después de un mínimo casi récord en 2021, pero estaban por debajo de las condiciones de las décadas de 1980 y 1990.
La temporada de nieve de 2021-2022 reportó una acumulación de nieve por encima del promedio pero también un deshielo temprano, en consonancia con las tendencias a largo plazo.
Igualmente, las condiciones más húmedas de lo normal predominaron en gran parte de la zona desde octubre del año pasado hasta septiembre de este año. Dicha época también fue el tercer año más lluvioso de los últimos 72 años.
Las precipitaciones han incrementado significativamente desde la década de 1950 en todas las estaciones, al tiempo que se vuelven más comunes los días húmedos consecutivos y las disminuciones de los secos.
“El Boletín de calificaciones del Ártico de 2022 subraya la urgencia de enfrentar la crisis climática reduciendo los gases de efecto invernadero y tomando medidas para ser más resistentes”, reiteró el administrador de la NOAA, Rick Spinrad.
El tifón Merbok, que fue alimentado por agua inusualmente cálida en el Pacífico norte, golpeó la costa oeste de Alaska a mediados de septiembre, provocando una marejada ciclónica destructiva que desprendió a las casas de sus cimientos y dañó la infraestructura en varias comunidades costeras y fluviales.
Por su parte, la capa de hielo de Groenlandia se contrajo por 25° año consecutivo. En septiembre, tuvo un calentamiento tardío sin precedentes, creando condiciones de derretimiento de la superficie en más del 36% de la capa, incluida la cumbre a 10 mil 500 pies. El 18 de julio se había observado el mismo fenómeno en 42% de la superficie.
Las temperaturas de la superficie del mar de agosto continuaron mostrando una tendencia al calentamiento que se ha observado desde 1982 en gran parte del Océano Ártico donde no hay hielo.
Anteriormente, diversas organizaciones y expertos han advertido de los impactos del cambio climático, provocado por el ser humano. A principios de diciembre, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, recalcó que “la humanidad se ha convertido en un arma de extinción masiva”, criticando que las personas están “tratando a la naturaleza como un inodoro”.
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