El cobre es un metal de transición muy fácil de reconocer por su color rojizo. Tiene una gran maleabilidad, conductividad eléctrica y ductilidad, y en los últimos años se ha convertido en el material más empleado para la fabricación de numerosos componentes electrónicos y elementos eléctricos, hasta el punto de ser el tercer metal más utilizado a nivel global, sólo por detrás del hierro y el aluminio.
Historia: Edad del Cobre
La Edad del Cobre es una etapa prehistórica que tuvo lugar entre el Neolítico y la Edad del Bronce. En un primer momento las sociedades comenzaron a utilizar el cobre primitivo ya que desconocían los distintos mecanismos mediante los cuales se podía fundir el mineral. Lo moldeaban a través de la técnica del martillado en frío. Es más, se han encontrado algunas piezas ornamentales fabricadas a partir de esta técnica en yacimientos de Turquía e Irán.
El cobre comenzó a utilizarse para la realización de utensilios y adornos. Durante muchos siglos fue el material más popular para la fabricación de agujas y punzones, y con el paso del tiempo se inventó la técnica de fundición y cobre.
Características del cobre
A diferencia de lo que ocurre con otros materiales, el cobre necesita temperaturas extremadamente altas para llegar a los puntos de fusión y de ebullición: 1.085,62 y 2.562 grados centígrados, respectivamente.
El cobre tiene una excelente conductividad eléctrica, y la razón es que en el interior de su estructura los electrones tienen unos vínculos muy débiles, de manera que las partículas se pueden mover con libertad. También tiene muy buena conductividad térmica.
En cuanto a su dureza, tiene capacidad para resistir fuerzas de empuje y de tracción, golpes y cortes. Aún así, no es uno de los metales más duros que existen ya que si se le somete a temperaturas muy bajas es frágil.
¿Para qué sirve?
El cobre es el material más utilizado para la fabricación de diferentes utensilios de cocina ya que presenta una gran conductividad térmica. Además, al ser tan maleable, también se usa para fabricar adornos, cables, joyas…
Aunque esto es algo que muchas personas desconocen, lo cierto es que el cobre está presente en un gran número de estructuras orgánicas en el cuerpo humano. Es más, tiene un papel muy importante en la creación de los glóbulos rojos y en el adecuado mantenimiento de los vasos sanguíneos.
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