El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró este martes que las acusaciones sobre la presunta militarización que echó a andar el gobierno federal en México “carecen de toda lógica y, en su mayoría, de la más elemental buena fe“.
Durante su informe de 100 días del tercer año de gobierno, el Ejecutivo negó que se haya ordenado a las Fuerzas Armadas hacer la guerra a nadie.
“No se les ha pedido que vigilen u opriman a la sociedad, que violen las leyes, que coarten las libertades y mucho menos que se involucren en acciones represivas o violatorias de los derechos humanos. Por el contrario, en esta nueva etapa, la generosa y decisiva participación de nuestros soldados y marinos en acciones de desarrollo, bienestar y paz es refrendo de su lealtad a las instituciones civiles.”
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“Esa participación, además, contribuye a dejar atrás la distancia y hasta la desconfianza entre civiles y militares que se generó por las decisiones erróneas y perversas de los anteriores gobernantes”, agregó el mandatario, de acuerdo con la versión estenográfica de Presidencia.
Desde la Capilla de la Emperatriz de Palacio Nacional, recordó la participación de las Fuerzas Armadas en las obras públicas, como es el caso del Tren Maya y la Refinería en Dos Bocas.
El Presidente reconoció a las instituciones y sus titulares de la Secretaría de Marina, José Rafael Ojeda Durán, y de la Secretaría de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González.
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Asimismo, destacó que durante su administración en materia de seguridad y protección de los derechos humanos se redujo el robo de combustibles, los homicidios, el robo de vehículos, el secuestro y así en casi todos los delitos del fuero común y del fuero federal.
“Todo este esfuerzo para conseguir la paz se ha llevado a cabo sin violaciones a los derechos humanos, sin el involucramiento de las fuerzas federales en masacres, sin cometer tortura, sin perpetrar desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, sin criminalizar a sectores enteros de la población, como ocurría antes”.
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