Se desconoce cuando nació exactamente Carlomagno, uno de los grandes reyes de la Edad Media. Los historiadores mantienen la hipótesis de que fue en el año 748 en Herstal, en la actual Lieja, Bélgica. Su padre, Pipino el breve era el rey de los Francos. Tras su muerte en el año 768, su reinado quedó dividido entre Carlomagno y su hermano Carlomán I. La relación entre ambos hermanos era tensa y estuvo a puntar de estallar una guerra entre ellos, pero la muerte de Carlomán ahuyentó esta posibilidad.
El gran Imperio Carolingio
Tras quedar como único Rey de los Francos, Carlomagno reforzó las relaciones con el papado y derrotó a los lombardos en Italia. La conquista de este país y la expansión del reinado franco por Europa Central le valió para ser coronado como Imperator Augustus por el papa León III. Sería un prototipo de lo que en el futuro sería el Sacro Imperio Romano Germánico. Un emperador defendiendo al papado.
Carlomagno combatió a los musulmanes en la península ibérica, pero no pudo tomarla por la presencia de los vascos. También luchó contra los pueblos eslavos y dirigió una campaña para someter a los sajones y anexionarlos al imperio.
El Imperio Carolingio promovió la cultura y las artes latinas de la mano de la Iglesia católica, lo que extendió por toda Europa dichas ideas y una identidad común. Esto conformaría las bases de la Europa Occidental en la Edad Media. Impulsó la cultura mediante la educación, la literatura y el arte y aumentó la cantidad de escuelas.
La base del imperio de Carlomagno fue Aquisgrán, desde donde dirigió y administró los más de 300 condados del imperio.
Carlomagno falleció en el año 814 enfermo de pleuritis. Un año antes había coronado coemperador a su hijo Ludovico Pío. Tras su muerte el imperio comenzó a desintegrarse. Los nobles perderían su fidelidad al tiempo que aumentaba la independencia de los condados. El prestigio de Carlomagno, su capacidad de gestión y mano férrea le permitieron mantener a sus aliados durante su vida, pero no tras su muerte.
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