Carlos Franganillo recuerda su peor momento en televisión: "Nos volvimos todos locos"

Carlos Franganillo recuerda su peor momento en televisión: "Nos volvimos todos locos"

Carlos Franganillo (41 años) es, sin duda, uno de los presentadores más reconocidos de la televisión en España. El periodista ovetense, que conduce la segunda edición del Telediario de La 1, ha demostrado adaptarse a cualquier situación en televisión en destinos como Moscú (Rusia) o Washington (Estados Unidos).

Ahora, el presentador de TVE ha concedido una entrevista en ‘El Mundo’ en la que habla de distintos temas, desde su familia, reconociendo que sus hijos le dejan poco tiempo para el ocio, hasta su experiencia más complicada en televisión. 

Franganillo asegura que suele “correr para tratar de estar en forma” y que una de sus aficiones es la lectura y la música. “Leo a ratos y de manera furtiva”. Además, reconoce que se defiende bastante bien en la cocina. “Preparo bien tres o cuatro platos. Arroces, callos, por supuesto la fabada, aunque no tenga mucho mérito. Ese tipo de cosas sólidas y de cuchara no se me dan mal”. 

El presentador también habla abiertamente de sus defectos. “Soy bastante impaciente y desordenado. Y suelo prestar atención únicamente a lo que me interesa. También soy un gran tímido”, expresa en la entrevista. 

De su experiencia como corresponsal en Moscú. “En Rusia fue más extremo. El idioma y el clima marcan una gran distancia, la oscuridad, los gestos, la manera de comunicar del vecino, de la cajera del supermercado… Todo me parecía hostil”, asegura el comunicador. 

Por último, Franganillo recuerda su peor momento en televisión. “Cuando hicimos el Telediario desde la frontera con Ucrania, quedaba un minuto para el directo. Justo detrás de nosotros había un grupo de refugiados y un niño se comenzó a asfixiar con un Chupa Chups. Nos volvimos todos locos, lo pusimos boca abajo, le golpeamos la espalda… y pensamos que se moría. Y unos segundos antes de entrar salió la bola y el niño empezó a llorar. Lo recuerdo con muchísima angustia, con gran terror, pero también con mucho alivio”, finaliza el mismo. 




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