El mundo entero está de luto. Después de varios meses de preocupación por su salud, finalmente Isabel II ha fallecido en su residencia escocesa de Balmoral. Poco después de las 19:30 (hora española), el Palacio de Buckingham emitió un comunicado para confirmar su muerte: “La Reina murió pacíficamente en Balmoral esta tarde. El Rey y la Reina Consorte permanecerán en Balmoral esta noche y volverán a Londres mañana”.
Ahora, se ha podido saber que la soberana murió acompaña de sus hijos Carlos y Ana junto a su cama. Según ha informado The Mirror, Isabel II pasó los últimos minutos de su vida en compañía, un gran consuelo. Una fuente cercana a Palacio ha comunicado que ambos hermanos estuvieron en Escocia esta semana y, por tanto, pudieron llegar a la propiedad a tiempo para despedirse de la soberana. Asimismo, Camilla de Cornualles, que se encontraba en la residencia de Birkhall, se unió al reducido grupo que pudo despedirse de la Reina, junto a su asistenta personal, Angela Kelly, y el personal médico.
Un último adiós que, desgraciadamente, no pudieron pronunciar otros miembros de la realeza. Al parecer, Isabel II falleció antes de que el príncipe Guillermo, el príncipe Andrés, el príncipe Eduardo y Sophie Wessex llegaran a Balmoral. Por su parte, el príncipe Enrique aterrizó en Aberdeen unos minutos después de que el Palacio de Buckingham anunciara el fallecimiento de Isabel II. Él y Meghan debían asistir a un evento benéfico en Londres, sin embargo, tuvieron que cambiar sus planes a última hora. Mientras, el Rey Carlos regresará a Londres y se reunirá con funcionarios para discutir los planes para el funeral de Isabel II.
Y es que, al haber fallecido en Balmoral, la prensa británica ha indicado que probablemente su féretro se traslade en un tren especial hasta el Palacio de Holyrood en Edimburgo. Allí, está previsto que se traslade a la catedral de San Giles, para rendirle un homenaje público. Un día después, sus restos volverán a viajar hasta Londres y el Rey Carlos recibirá las condolencias en Wetsminster. Por la tarde, Carlos III comenzará un tour por Reino Unido, empezando por una visita al Parlamento escocés y un servicio religioso en la catedral de St. Giles. Tras las condolencias, se realizará una procesión hasta Westminster con los restos de la monarca, en el que será el último homenaje por parte de los británicos.
La Reina permanecerá en Palacio durante tres días, su ataúd estará en un catafalco en el centro de Westminster Hall, y la sala estará abierta al público durante 23 horas al día. Finalmente, el día 10 después de su muerte, el Estado celebrará un funeral en la abadía de Westminster. Después de dos minutos de silencio para toda la nación, su cuerpo será enterrado en una tumba preparada en la cripta real de la capilla de San Jorge, donde descansará junto a los restos de su marido, Felipe de Edimburgo.