Carolina Marín gana el abierto de Tailandia tras derrotar a la número uno del mundo

“Te quiero papi”, susurró a la cámara al final del partido. La primera victoria de la temporada se la dedicó este domingo Carolina Marín a su padre, fallecido el pasado mes de julio. La española ha ganado el abierto de Tailandia de bádminton tras derrotar a la taiwanesa Tai Tzu Ying, número uno del mundo. Con un juego muy, muy rápido -de piernas, de volante y de golpes-, Marín no dio opciones (21-9; 21-16) a la rival. La última vez que se habían enfrentado fue en las semifinales del All England en marzo de 2020, antes de que el tsunami de la covid se llevara por delante todo el calendario. Marín perdió en esa ocasión.

Este domingo impuso su experiencia y poderío y anuló a Tai Tzu Ying. “Ha sido una semana importante. Y este torneo ha sido una gran recompensa. La determinación que he demostrado en la pista me va a ayudar mucho. La parte mental y física demuestran que me estoy encontrando muy bien así que me quedo con todo eso y la actitud. He visto muchas mejoras en el juego después de todo lo que hemos estado preparando en las semanas anteriores al torneo”, ha dicho la española.

Ya venía advirtiendo Fernando Rivas, su entrenador, que se vería a una Carolina Marín mejor después de la rotura del cruzado en enero de 2019 que la dejó KO siete meses. “Ha estado entrenando muy bien estas últimas semanas y ha ido recuperando la esencia que se había quedado en el camino en el último año y medio”, ha analizado Rivas después del partido que él ha seguido desde casa; a Tailandia ha viajado el segundo entrenador, Anders Thomsen.

Con la victoria en el abierto de Tailandia, Marín empieza 2021 de la mejor manera: es el año de los Juegos -si la evolución de la pandemia lo permite- y del Mundial que este año se disputará en Huelva, su casa. Marín no ganaba un torneo desde diciembre de 2019, cuando se hizo con el internacional de Italia. Antes celebró el abierto de India y de China en su vuelta a las competiciones tras la larga recuperación por la lesión en la rodilla; en la pista de China, esa mañana de septiembre de 2019, también derrotó a Tai Tzu Ying, que había sido su bestia negra.

Hace poco la vigente campeona olímpica que busca repetir oro en Tokio, confesaba a este periódico que ella también había tenido miedos y que no era un robot. “Una lesión te hace madurar, reflexionar y pensar en todo. Con la lesión te vienen muchas inseguridades, muchos miedos. Me preguntaba si volvería a ser la de antes, si volvería a ganar algún partido, algún torneo, si volvería a tener el nivel que tenía antes. Es que cuando me lesioné estaba la número dos del mundo y cuando reaparecí en el primer torneo era la 42 o la 40. Quieras o no es una diferencia muy grande. Cuando me lesioné estaba en uno de mis mejores estados de forma. El trabajo y el equipo me empujaban a tener confianza en mí misma, a estar segura; la rodilla también nos iba guiando”, contó. De hecho, fue de las pocas deportistas que se alegraron por el aplazamiento de los Juegos; en su caso le vino muy bien para seguir afinando la preparación y recuperar el mejor estado de forma.

El que aparece haber alcanzado ya según se vio este domingo en Tailandia. La onubense se quedará allí para disputar otro supermil que arranca, en el mismo escenario, este mismo miércoles. Marín, a sus 27 años, deja atrás el año más complicado después del fallecimiento de su padre. “Ahora toca descansar y recuperar bien para el nuevo torneo que empieza el miércoles”.


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