El nombre del Cártel de Sinaloa ha tenido eco en una de las polémicas más recientes de Latinoamérica: el asesinato de Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia de Ecuador.
La muerte del candidato se da en un contexto de corrupción y narcotráfico que engloba la realidad ecuatoriana actual, considera Héctor Sarasti, periodista colombiano.
“El crimen pudiera estar relacionado con su demencia (de Villavicencio) en atacar a los grupos de poder vinculados al Estado y a la criminalidad”, explicó en Aristegui En Vivo.
Foto: Reuters
Ahora, una delegación del FBI (Buró Federal de Investigaciones) de Estados Unidos llegó a Ecuador para apoyar en la investigación del asesinato del candidato presidencial.
Fue el mismo presidente de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, quien solicitó a Estados Unidos el apoyo de la agencia estadounidense para esclarecer este crimen.
La solicitud de apoyo llegó después de que Lasso decretó el estado de excepción a nivel nacional durante 60 días.
“Las Fuerzas Armadas se movilizan en todo el territorio nacional para garantizar la seguridad de los ciudadanos, la tranquilidad del país, las elecciones libres y democráticas del 20 de agosto, tal y como lo ha previsto el Consejo Nacional Electoral (CNE)”, declaró el presidente tras una reunión de emergencia con el Gabinete de Seguridad.
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Sarasti opina que Villavicencio era un hombre de ideas que no tenía miedo de “decir las cosas como eran”.
“Lo mata su manera de enfrentar las cosas, de denunciar al narcotráfico y la corrupción.”
Tres días de su asesinato, Villavicencio había hablado de Adolfo Macías, el líder del grupo criminal “Los Choneros” que tienen vínculos con el Cártel de Sinaloa. “De ahí viene la deducción de que puedan estar enfrente del asesinato”, explica.
Foto: Reuters
Sin embargo, Sarasti afirma que mientras el Estado no se fortalezca, la situación de violencia seguirá igual o empeorará.
“El hecho de que Ecuador sufra de carencia de institucionalidad fuerte -que surgió a partir de de las medidas que tomó Correas de desmantelar organismos de inteligencia, de cambiar grandes jefes de la policía y del ejército- hizo que tuviera un Estado débil en cuanto a la posibilidad de enfrentar con efectividad los factores que generan violencia”, explica.
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