El “botón nuclear” que provocó este miércoles un seísmo político en toda España lo activaron en realidad en la medianoche del martes el líder del PP, Pablo Casado, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, en una conversación telefónica. La actitud de Cs en Murcia, negociando en secreto con el PSOE una moción de censura contra el PP, les sentó como una auténtica “traición”. Casado y Ayuso convinieron que si al final Ciudadanos “se atrevía” a registrar la moción de censura en Murcia, lo que pusieron en duda casi hasta el final, no habría otra salida que “apretar el botón nuclear”, según dirigentes populares al tanto de la conversación consultados por EL PAÍS.
El giro de Ciudadanos causa un terremoto político en España
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En las últimas noches un pequeño grupo de dirigentes del PSOE y de Ciudadanos, tanto en Murcia como en Madrid y La Moncloa, apenas han dormido. El acuerdo final se cerró poco después de las siete de la mañana de este miércoles, cuando el enviado de Ferraz, Santos Cerdán y el delegado del Gobierno en la Comunidad, José Vélez, convencieron a los reacios dirigentes locales del PSOE murciano de que tendrían que ceder la presidencia regional a Cs. “Al final les hicimos ver que esta era una bomba con mucha metralla y que tendría consecuencias en todo el espectro electoral de la derecha en toda España”, relatan fuentes socialistas que han seguido esta operación.
Murcia se transformó así, para el PSOE, en el detonante para “desmontar el nuevo intento del PP de fusionar a toda la derecha en un solo proyecto”, explican las mismas fuentes. Y añaden: “Entendemos la frustración y depresión del PP de Casado, porque esta bomba le ha estallado en la cara y le hará perder espacios de poder que en su día se apropió en pactos locales con Ciudadanos para tapar su fracaso electoral”.
Casado nunca ha sido muy partidario de anticipar las elecciones, ni en Murcia ni tampoco en Madrid. La instrucción de la dirección nacional del PP, además, era la de cuidar y no arremeter contra Ciudadanos ni contra su líder, Inés Arrimadas, para cimentar el sueño de una recomposición de todo el centroderecha. Incluso sin Vox.
Pero en Ciudadanos están en otra estrategia desde la llegada de Arrimadas al poder del partido. Y particularmente en Murcia, donde las relaciones políticas y personales con los responsables del PP hace tiempo que se rompieron y habían llegado en las últimas semanas a las denuncias, el desprecio y los insultos.
El PSOE se aprovechó ahí del terreno cultivado desde hace meses por el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Félix Bolaños, con el vicesecretario general y número tres de Ciudadanos, Carlos Cuadrado, la persona de confianza de Arrimadas. Bolaños y Cuadrado habían hablado varias veces desde hace meses de explorar posibles alternativas de pactos locales para evidenciar el giro y el distanciamiento de Ciudadanos hacia el PP. Y Murcia se convirtió en el escenario perfecto para acotar por ahora ese experimento.
Las elecciones catalanas interrumpieron esas charlas, pero la última cesión del PP hacia el pin parental pretendido por Vox en Murcia facilitó las cosas. Cuadrado es el que sorprende a Bolaños cuando le llama el martes para avisarle de que va adelante con Murcia. Viaja hasta allí y emplea toda la jornada con los cargos locales para convencerles. El amigo de uno de esos concejales de Ciudadanos fue el que avisó de lo que se estaba cociendo sobre las 23.30 del martes a Fernando López Miras, el presidente popular de Murcia. Ese amigo común le dio así el chivatazo: “Fernando, han convocado hace dos horas a todos los concejales de Ciudadanos y a los diputados en su sede. Y ha aparecido allí Cuadrado y les ha presentado dos mociones de censura con los nombres puestos para que la firmen”. López Miras recibió la noticia con cierta sorpresa. Conocía la tensión con sus socios, sabía que se había disparado la última semana, pero le costaba creer que Ciudadanos fuese a tomar una decisión de ese calibre.
Cuando cuelga, López Miras ordena a los suyos de hablar con sus colegas de Gobierno. Pero nadie responde. Decide llamar a Casado y al secretario general del partido, Teodoro García Egea, que es murciano y además amigo suyo. Discuten los escenarios. El PP podría adelantar las elecciones, para evitar la censura, pero López Miras lo descarta. “Llevamos diciendo un año que no estamos para elecciones y mociones y no podíamos plantarnos ahora, en mitad de la pandemia, y decir lo contario. No era serio y no les veíamos capaces de esa tremenda irresponsabilidad”, apuntan desde el entorno del presidente murciano.
La confirmación de la moción murciana cogió a Casado y García Egea intentando hilar sus argumentos críticos contra el Gobierno en la sesión de control del Congreso. Desde la bancada gubernamental, Pedro Sánchez y José Luis Ábalos, les miraban con cierta condescendencia. Sabían lo que pasaba desde hacía semanas y que todo parecía cerrado a primera hora. Entonces, sobre las 10.00, empezaba en Madrid el semanal Consejo de Gobierno. Los consejeros de Ciudadanos llegaban inquietos con las noticias procedentes de Murcia. Ayuso dejó correr como si no pasara nada el orden previsto del día durante más de una hora. Eso sí, escribiendo mucho por el móvil. Al final de la sesión, en ruegos y preguntas, anunció que convocaba elecciones anticipadas. De nada sirvieron los ruegos y presiones de los consejeros de Ciudadanos, que prometieron que ellos no habían negociado nada con el PSOE.
Ayuso, en el último consejo de Madrid: “Bueno, quiero deciros una cosa: adelanto las elecciones”
Hay miércoles. Y miércoles. Isabel Díaz Ayuso llegó este miércoles a la sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid de la Puerta del Sol a primera hora. A las 9.05, la Cadena Ser adelantaba un terremoto político nacional. Ciudadanos se unirá al PSOE para arrebatar el Gobierno de Murcia al PP con una moción de censura. La noticia llegaba a todos los grupos de WhatsApp. Minutos después, Ayuso convocaba a su núcleo de confianza. Era una reunión de urgencia. Acudieron sus principales asesores y su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. Allí se fraguó una bomba: adelanto electoral para el 4 de mayo. La presidenta madrileña había encontrado el argumento perfecto que tanto ansiaba: “Si no convoco a los madrileños a las urnas, PSOE y Ciudadanos me harán lo mismo”, pensó… Seguir leyendo esta información
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