La maestra Candelaria Ochoa Ávalos consideró que el caso de Ingrid Escamilla es una muestra clara de que la violencia contra mujeres existe de manera muy específica y muy certera, pues parte de la idea de destruir totalmente la identidad de las féminas.
La violencia contra las mujeres es un problema estructural del cual se tienen que hablar todos los días, afirmó la maestra Candelaria Ochoa Ávalos, titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), de la Secretaría de Gobernación.
“Esta situación es un tema de cultura, pero también de justicia. Mientras no tengamos justicia para las mujeres, esa cultura de necrofilia hacia las mujeres, seguirá estando presente”, señaló en entrevista para Aristegui En Vivo.
Sobre la intención de eliminar el tipo penal de feminicidio, Ochoa Ávalos expuso que costó mucho trabajo reconocer a este delito y consideró que los crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez fueron un gran parteaguas.
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“Reflexionamos de manera muy profunda desde diferentes instancias para garantizar que el delito de asesinar a una mujer se convirtiera no solo en un homicidio, sino que tuviera agravantes, conocido hoy delito como feminicidio”, mencionó.
“Es muy importante reconocer esta lucha de las mujeres, organizaciones de la sociedad civil, legisladoras, académicas. En ese sentido fue un gran debate para reconocer este delito y en ese mismo caso, nosotras como CONAVIM nos hemos manifestado diciendo que este tema no puede diluirse en los temas de justicia”, opinó.
Por lo anterior, urgió en la necesidad de intervenir en la cultura, pero también en las prácticas de procuración de justicia y en el propio ejercicio de justicia para las mujeres.
Sobre el caso de Ingrid Escamilla, la titular de la CONAVIM indicó que es una muestra clara de que la violencia contra mujeres existe de manera muy específica y muy certera, pues parte de la idea de destruir totalmente la identidad de las mujeres.
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“El caso de Ingrid es un caso paradigmático, pero no es el único. Hay muchos casos de mujeres que han sido asesinadas por ser mujeres y en donde se quiere destruir lo que es esa mujer”, apuntó.
Para precisar en el término feminicidio y la manera de poder identificar cuando este se presenta, la funcionaria de la Segob explicó que los agravantes de este delito se reconocen cuando hay una relación de afecto o de conocido; compañeras y compañeros sentimentales, pero también de trabajo o de escuela.
“Cuando se destruyen sus partes íntimas. Cuando se dejan cuerpos de mujeres en la vía pública para demostrar que hay una muestra específica de mostrar el cuerpo destruido de esa mujer. Cuando además, se muestra que es por ser mujer”, detalló
“En el caso de Ingrid, su pareja sentimental la mata y la destruye, esa es una muestra de delito de género que tiene en el fondo destruir totalmente a Ingrid”, agregó.
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Para Ochoa Ávalos está muy claro la cultura machista de la justicia es la que no permite reconocer que casos como el de esta joven tienen que ver con un feminicidio.
“Es no solo el delito de un homicidio, sino que es un homicidio muchísimo más agravado en términos de destruir a esa persona de destruir a esa mujer, por eso es feminicidio porque el agravante es que sea mujer”, refirió.