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Castillo trata de enderezar el rumbo de Perú con el nuevo Gobierno

El día que Pedro Castillo pronunció su primer gran discurso como presidente quiso enviar un mensaje. No gobernaría desde el Palacio de Gobierno que lleva el nombre de Francisco Pizarro, el conquistador español que fundó Lima. Quería convertir aquello en un símbolo de lo que sería su gestión. Días después, diferentes asesores le hicieron ver lo imposible de la idea. Numerosas cuestiones, empezando por la seguridad, convertían su deseo en un problema más que otra cosa. El maestro rural tuvo que ceder. Esa fue la primera de todas las dificultades que se ha ido encontrando en el camino del poder, al que nunca se había acercado hasta que ganó las elecciones presidenciales el pasado mes de julio.

Con la última crisis de su Gobierno, que acabó este miércoles con el nombramiento de siete nuevos ministros, Castillo pretende hacer borrón y cuenta nueva. Empezar de cero con un nuevo gabinete, el suyo, sin injerencias externas. La destitución este miércoles de su polémico primer ministro, Guido Bellido, le ha devuelto el favor de parte del electorado que en la segunda vuelta votó por él en lugar de Keiko Fujimori. La figura de Bellido, una extensión dentro del Gobierno del radical Vladimir Cerrón, al que muchos consideraban ya un presidente en la sombra, le había hecho perder popularidad. El Gobierno, metido siempre en luchas internas, tampoco había sido capaz en 70 días de avanzar en sus políticas.

Los cambios le han dado aire al presidente, que parece retomar el paso, pero a la vez obligan a retrasar una vez más la gobernabilidad. El nuevo Ejecutivo, con siete nuevas caras, tendrá que recibir el aval del Congreso en los próximos 30 días. El portazo a Bellido ha resquebrajado el partido Perú Libre, con el que Castillo se presentó a las elecciones como invitado. Su portavoz, Waldemar Cerrón, hermano del líder, calificó la noche del miércoles las nuevas designaciones y la salida de Bellido como una “traición al pueblo”, pero varios parlamentarios de esa formación discreparon y anunciaron su voto a favor. Perú Libre cuenta con 37 congresistas en un Congreso de 130 miembros. El Ejecutivo necesita 66 votos para obtener la investidura.

El resultado de la votación es una incógnita hasta que los partidos despejen el sentido de su voto, pero todo indica que superará el trámite. Los líderes de los partidos cuyos votos suelen definir las decisiones del Parlamento, Acción Popular y Alianza para el Progreso, felicitaron la designación de la abogada feminista Mirtha Vásquez como nueva presidenta del Consejo de Ministros. Mesías Guevara, presidente de Acción Popular, le deseó éxito e invocó a las fuerzas políticas “a generar consenso por la gobernabilidad”, lo que anticipa su voto a favor en la investidura. Entre ambos partidos suman 31 votos.

El líder de Alianza para el Progreso, el dos veces candidato presidencial César Acuña -cajamarquino como el presidente y la nueva primera ministra- también saludó la salida de Guido Bellido, que calificó como “el fin de un ciclo de enfrentamientos innecesarios que afectan la buena marcha del país”. “Invoco a esperar con serenidad la presentación del gabinete ante el Congreso donde se expresarán las políticas de Gobierno. Espero sea a la brevedad. Las necesidades del país exigen respuesta”, añadió.

Las voces conciliadoras llegaron incluso desde la derecha. La parlamentaria Norma Yarrow -escindida del ultraderechista Renovación Nacional- remarcó la gran diferencia entre el perfil de Vásquez y Bellido. “No hay punto de comparación”, señaló. Sobre el primer ministro saliente aseguró que “no tenía capacidad moral ni solvencia profesional” para el cargo.

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La ex primera ministra del Gobierno de transición de Francisco Sagasti ( de noviembre de 2020 a julio de 2021), Violeta Bermúdez, destacó las habilidades de diálogo y negociación de Vásquez en ese periodo como presidenta del Congreso, tras la crisis política que abrió la destitución de Martín Vizcarra. Bermúdez cree que si la nueva premier deja de lado el debate sobre un cambio de Constitución, que azuzaba Bellido, recibirá el apoyo de todos los sectores. Si lo logra, Castillo podría empezar a gobernar, más de tres meses después de que los peruanos lo eligieran en las urnas.

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