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Cataluña se retrasa en la vacunación de los ancianos por blindar a sanitarios y residentes

Una enfermera administra la segunda dosis de la vacuna una mujer de 85 años en la Residencia Nuestra Señora de Ribera de La Pobla de Segur, en Lleida, en enero.
Una enfermera administra la segunda dosis de la vacuna una mujer de 85 años en la Residencia Nuestra Señora de Ribera de La Pobla de Segur, en Lleida, en enero.Pool / Europa Press

El departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña justifica su retraso en la vacunación a los mayores de 80 años por la intensa campaña de inmunización que el departamento realizó a principios de año para proteger los geriátricos, a los sanitarios y los hospitales. El Govern anunció el martes que finalizará la vacunación a este colectivo de mayores a mediados de mayo, al menos tres semanas más tarde de los plazos marcados hace un mes por la subdirectora general de Promoción de la Salud de la Generalitat, Carmen Cabezas, que condicionó la fecha a la disposición de dosis.

Cataluña es la comunidad autónoma con el porcentaje más bajo de vacunación a los ancianos, con un 30% de este colectivo vacunado, la mitad que Andalucía (63%), líder del Estado, o Madrid (55,2%), territorios con una población total similar. De los cerca de 400.000 catalanes mayores de 80 años que no viven en residencias, unos 280.000 aún esperan el primer pinchazo, según datos del Govern. El colectivo muestra desde hace semanas su inquietud ante la falta de cobertura inmunológica, y los centros de atención primaria admiten recibir numerosas llamadas de personas que no entienden por qué no se las ha citado.

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Encapsular los hospitales

El secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, argumentó ayer que la Generalitat invirtió las primeras vacunas en una “estrategia de encapsulamiento” en los centros sanitarios y en las residencias para impedir la entrada del virus en espacios vulnerables.

El propio Argimon ya dejó claro en enero que quería que los centros fueran “seguros”, cuando existían algunas dudas sobre qué profesionales debían recibir la vacuna en esas instalaciones. Los hospitales vacunaron finalmente a todos sus trabajadores: médicos y enfermeras, y también a cocineros, personal de la limpieza y otros profesionales. “Quisimos crear un microcosmos con inmunidad de grupo y los resultados han sido francamente buenos. No queríamos poner en riesgo a los pacientes ingresados, que se encuentran en un estado de fragilidad”, reivindicó ayer Argimon.

El secretario de Salud añadió que su departamento también se adelantó en la inoculación de las personas trasplantadas antes de lo que marcan las pautas del Ministerio de Sanidad. Desde el departamento se ha defendido siempre que “la mejor vacuna es la que se pincha en un brazo”, dando a entender que la prioridad es alcanzar la inmunidad colectiva de todos los grupos vulnerables cuanto antes.

Cataluña ha recibido en estos tres meses de vacunación poco más de 900.000 dosis de Pfizer, que junto a Moderna son las únicas habilitadas de momento para los mayores de 80 años. Según estimó ayer Cabezas en la radio Rac-1, Cataluña suma cerca de 400.000 personas vulnerables prioritarias entre “residentes, cuidadores, personal sanitario y grandes dependientes”. Para completar la pauta de inmunización a este colectivo, recordó Cabezas, el departamento necesita 800.000 pinchazos, casi la totalidad de las vacunas de la farmacéutica estadounidense.

Cataluña ha administrado hasta ahora unas 350.000 vacunas a los profesionales sanitarios, más que Andalucía (264.000), que recibe más dosis semanalmente, o Madrid (300.000). La Generalitat también ha inoculado más dosis en las residencias al tener el mayor número de personas institucionalizadas del Estado. La comunidad ya ha pinchado 113.000 dosis en los geriátricos, cifras superiores a las requeridas en Andalucía (unas 65.000) y Madrid (80.000).

Cataluña reserva de momento las vacunas de Moderna para los pacientes vulnerables ingresados en los hospitales. “La administramos a enfermos trasplantados, dializados o con otras patologías”, explicó Argimon. “Por sus características de conservación, preferimos administrarlas en los hospitales porque no se pueden mover y la descongelación es lenta”, añadió.

El reparto de dosis se realiza de forma equitativa entre comunidades en base a la distribución de los grupos de vacunación de la fase 1, según el Ministerio.

Por otra parte, la consejera de Salud, Alba Vergés, denunció este jueves que 148.000 vacunas de AstraZeneca que Cataluña esperaba para la próxima semana se retrasarán como mínimo hasta el 5 de abril. Vergés estalló en Twitter: “Qué vergüenza, el Ministerio de Sanidad nos acaba de informar de que las 148.000 vacunas de AstraZeneca que tenían que llegar la semana que viene no llegarán. Ya basta de este despropósito”. Cataluña retomó el miércoles la vacunación con AstraZeneca enfocando la campaña especialmente a las personas de entre 60 y 65 años, mediante un sistema de solicitud de citas. Salud anunció que no darán más citas ante la falta de estas dosis, pero que las citas programadas se mantienen.

Sin embargo, el Ministerio de Sanidad niega el retraso que denunció Vergés, y explica que no hay incumplimiento ni retraso porque la farmacéutica no había comunicado nada sobre el envío en cuestión hasta este jueves.

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