“El encierro ha sido realmente surrealista, como si no existieran los visitantes, ha sido un tiempo realmente triste para el zoológico”, dijo a Reuters Kate Sanders.
El Zoológico de Londres debería estar repleto de niños en vacaciones, pero, en cambio, las gracias de los monos pasan desapercibidas, la cobra real está enroscada sin amigos en la casa de los reptiles y el futuro del zoo científico más antiguo del mundo está en peligro.
Los cuidadores están tristes y ansiosos ante el agujero de varios millones de libras en el presupuesto del parque y el alejamiento de los visitantes, aun antes de las vacaciones, debido a las medidas para la contención del Covid-19.
“El encierro ha sido realmente surrealista, como si no existieran los visitantes, ha sido un tiempo realmente triste para el zoológico“, dijo a Reuters Kate Sanders, líder del equipo de grandes felinos en el zoológico.
“Estamos perdiendo mucho dinero”, indicó Sanders. “Me preocupa que el zoológico no sobreviva”.
Inaugurado en 1828 por la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL), el Zoo de Londres fue visitado por Charles Darwin mientras escribía su El origen de las especies. La reina Isabel II es mecenas del recinto.
Junto con Whipsnade Zoo en Bedfordshire, al norte de Londres, que también es propiedad de ZSL, tiene 22 mil 949 animales.
Alimentarlos cuesta alrededor de 1 millón de libras (1.4 millones de dólares) al mes y el último bloqueo hará un agujero de 1.8 millones de libras en su presupuesto, que se sumará a la pérdida de 15 millones de libras el año pasado.
“Es muy triste que estemos cerrados”, dijo Kathryn England, directora de operaciones. “No podemos mandar a sus casas con permiso sin paga a todo el personal que cuida a los animales”.
Las cuarentenas y cierres hicieron que el zoológico estuviera cerrado durante 18 semanas en 2020, lo que eliminó la venta de entradas. Los boletos para adultos, incluida una contribución voluntaria, en las horas pico cuestan 35 libras y las entradas para niños cuestan 22.75.
(Reuters)