Habitantes de Santa Martha, Chenalhó, acusaron al grupo de más de 30 familias que fueron desplazadas de esa comunidad, de romper un acuerdo para la repartición de tierras y asesinar a seis de sus opositores. En este lugar, ambos grupos se señalan de hacer uso de las armas para hacerse de las tierras que antes estaban en manos de sus vecinos de Chalchiuitán y Aldama y ahora se disputan entre ellos.
Mientras más familias siguen huyendo de Santa Martha a través de las montañas, las personas que permanecen en el lugar conformado por 21 comunidades, dieron a conocer su versión de los hechos.
En un comunicado relatan que la asamblea de bienes comunales había determinado, desde junio pasado, que iban a ser repartidas entre 195 comuneros las hectáreas que antes estaban en poder de Chalchiuitán y Aldama. Sin embargo, “60 personas fuertemente armadas se inconformaron y comenzaron a levantarse en armas (…) emboscaron a los integrantes del comisariado”.
Ante ello, los comuneros detuvieron a 10 personas, los entregaron a la Fiscalía, “pero salieron libres y ese mismo mes asesinaron a un campesino de nombre Santos Sántiz Álvarez”.
Acusan de esto a Juan Ruiz Ruiz, “líder del grupo armado inconforme”. Cabe recordar que esta persona y quienes se negaron a repartir la tierra, fueron expulsados de la comunidad desde el mes de junio, no así sus familias, quienes permanecieron en Santa Martha, hasta que el 29 de septiembre pasado empezaron a huir por las montañas, luego que sus viviendas fueron quemadas.
Los comuneros de Santa Martha relatan que tres días antes de la salida de las familias, se llevó a cabo una nueva asamblea donde se aceptó el retorno de los hombres, siempre que pagaran algunos daños que la comunidad le adjudica.
Pero el día 29, “el grupo armado intentó envenenar el manantial donde beben todos los habitantes de Santa Martha; al ser sorprendidos accionaron sus armas y en su huida mataron a Julio Díaz Gómez y Alfredo Díaz Díaz”.
Según esta versión, al ver esto los comuneros, “armados con palos y piedras”, persiguieron a los armados y en el enfrentamiento, el grupo ahora desplazado asesinó a Felipe Hernández Gómez y Juan Ruíz López; más adelante también asesinó a Juan Ruiz Morales y Juan Sántiz Álvarez. En total, los acusan de que en la más reciente embestida mataron a seis comuneros.
Por los acontecimientos descritos, los comuneros de Santa Martha pidieron que los desplazados y sus familias no retornen. “Desde la salida del grupo armado se respira un ambiente de paz y tranquilidad, hasta el momento no se ha registrado ningún otro incidente”, dijeron.
Añadieron que “se está construyendo la paz para que los habitantes salgan a trabajar sus tierras sin temor al grupo que cuidaba las 22 hectáreas colindantes con Chalchiuitán y las 27 hectáreas que colindan con el grupo de Aldama”.
Siguen los desplazamientos
Este lunes, mientras los comuneros daban su versión de los hechos, más familias de los expulsados de Santa Martha huyeron a través de las montañas, hasta llegar al campamento de desplazados ubicado en el poblado Polhó.
Las familias y los hombres desplazados acusan a los comuneros de Santa Martha de ser quienes están armados, y de haber asesinado a varios de sus compañeros, en el marco del reciente enfrentamiento.
Juan Ruiz Ruiz, presunto “líder del grupo armado” y quien ahora se encuentra en el campamento de desplazados ubicado en el poblado Polhó, en entrevista efectuada poco después de los desplazamientos, se asumió como “defensor de la tierra” y reconoció que había luchado por ella contra sus vecinos de Chalchiuitán y Aldama.
Sobre estos hechos, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) dijo que “en diversas zonas de Chiapas se vive una crisis de violencia, diversos actores civiles utilizan el recurso armado como mecanismo de control político, territorial y económico”, y Chenalhó es uno de ellos.
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