Las autoridades reguladoras chinas han impuesto una multa de tamaño récord, 2.800 millones de dólares (2.350 millones de euros), al gigante del comercio electrónico Alibaba por violación de las normas antimonopolio. La sanción, equivalente al 4% de los ingresos del conglomerado tecnológico en 2019, es resultado de un proceso de investigación comenzado en vísperas de Navidad.
En un comunicado emitido por la Administración Estatal china de Regulación del Mercado (SAMR, por sus siglas en inglés), indica que la compañía fundada por Jack Ma ―caído él mismo en desgracia― “abusó de su posición dominante en el mercado de servicios en plataformas de comercio electrónico desde 2015, al obligar a comerciantes online a abrir tiendas en las plataformas (de Alibaba) o participar en actividades de promoción en sus plataformas”. Estas tiendas se abrían en régimen de exclusividad, lo que impedía a sus propietarios operar en plataformas rivales.
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Este comportamiento, según la SAMR, redujo la competitividad y la innovación en el sector y violó los derechos e intereses de las empresas y los consumidores. La multa a Alibaba, la más alta impuesta nunca en China, triplica la que tuvo que pagar el fabricante de semiconductores para teléfonos móviles Qualcomm en 2015. Con todo, el gigante no ha salido completamente malparado: las leyes antimonopolio del país permiten una sanción de hasta un 10% de los ingresos anuales de la compañía, que en 2019 fueron casi 70.000 millones de dólares (59.000 millones de euros). Finalmente, la entidad reguladora decidió un 4% a la luz de la “duración y grado” de la violación de las normas, pero también la “rectificación productiva” y el “profundo autoexamen” adoptado por la empresa.
Alibaba publicó un breve comunicado en sus cuentas en las redes sociales chinas, donde declara aceptar “sin reservas” el castigo y acatarlo “por completo”. También ha prometido que sus operaciones electrónicas cumplirán las normas; la empresa, la primera tecnológica en China y quinta del mundo por capitalización bursátil, declara que a partir de ahora respetará mejor sus “responsabilidades sociales”.
En su autocrítica, el gigante sostiene que “no habríamos logrado el crecimiento al que hemos llegado sin una sólida regulación del gobierno. La supervisión crítica, tolerancia y apoyo de todas las partes implicadas han sido cruciales para nuestro desarrollo. Por ello, no podemos sentir más que gratitud y respeto”.
Alibaba y otras grandes tecnológicas chinas se encuentran en el punto de mira de los reguladores debido a su enorme influencia en China, donde sus plataformas son de uso casi imprescindible para cualquier tipo de gestión diaria, desde el pago de facturas a la reserva de taxis, pasando por la compra electrónica de todo tipo de productos.
Los problemas de Alibaba, y su fundador, con las autoridades chinas quedaron expuestos públicamente en octubre pasado. Ma criticó a los reguladores chinos por estar desfasados, después de que estos organismos expresaran su preocupación por el peso cada vez mayor del brazo financiero de la compañía, Ant Group, en el sistema de concesión de créditos y seguros por internet.
En noviembre, la salida a Bolsa de Ant, que se calculaba que habría reportado 35.000 millones de dólares a la empresa, quedó paralizada de manera súbita, tan solo horas antes del momento previsto en Hong Kong, en un gesto de carácter económico y político: enviaba la señal de que el Gobierno chino no estaba dispuesto a permitir que ningún empresario, por inmensamente rico que fuese, estaba por encima del poder del Partido Comunista. Ma estuvo desaparecido durante semanas; los reguladores ordenaron que la financiera recortara sus ambiciones y se limitara a su papel original de proveedor de servicios de pago por internet.
Nuevas pautas
También en noviembre, el Gobierno publicó el borrador inicial de las nuevas pautas antimonopolio para internet. Tres empresas, Alibaba entre ellas, fueron multadas en diciembre por “no informar de acuerdos pasados para la evaluación de las autoridades”.
El escrutinio de las autoridades sobre los negocios de Ma podría continuar. El periódico The Wall Street Journal publicaba el mes pasado que Alibaba podría verse obligado a vender sus participaciones en prensa, que incluyen el periódico hongkonés South China Morning Post.
En un comentario, el Diario del Pueblo, el periódico del Partido Comunista, aseguraba que la multa a Alibaba busca garantizar la “salud y desarrollo continuo del sector nacional de internet” y no cambia el “apoyo” del Estado a las plataformas electrónicas, que cumplen “un importante papel en el desarrollo social y económico del país”.
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