China y Estados Unidos han firmado este miércoles por la tarde la paz climática, tras algunos roces entre las dos principales potencias del mundo en la cumbre de Glasgow, la denominada COP26. Los jefes de las delegaciones de ambas naciones en las negociaciones de la ONU han presentado una declaración conjunta en la que se comprometen a trabajar para acelerar durante esta década la lucha contra el cambio climático. Entre los puntos más destacados del pacto al que han llegado ambas potencias está el compromiso del país asiático de presentar durante el próximo año un plan integral de reducción de sus emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero responsable de alrededor del 25% del calentamiento actual.
EE UU y la Unión Europea han apadrinado un pacto en el marco de esta cumbre de reducción de estas emisiones al que se habían sumado 103 países. Ese acuerdo establece como meta conseguir una reducción del 30% del metano de origen antropogénico en 2030. China, sin embargo, se había negado a sumarse. Ahora sigue sin hacerlo, pero el Gobierno del gigante asiático se compromete a “desarrollar un plan de acción nacional integral y ambicioso sobre el metano con el objetivo de lograr un efecto significativo en el control y las reducciones de las emisiones de metano en la década de 2020″, según la declaración conjunta difundida por ambos Gobiernos.
John Kerry, el enviado especial para el cambio climático del Gobierno estadounidense, y Xie Zhenhua, el jefe de la delegación china en la COP26, han sido los encargados de presentar la declaración, aunque en conferencias de prensa separadas. Kerry ha reconocido que ambas potencias —que son las que más gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera del mundo— tienen importantes diferencias en muchos campos. Pero ha añadido: “Podemos cooperar en la lucha contra la crisis climática”. Kerry ha destacado de la declaración precisamente el acuerdo sobre el metano, que compromete a ambas partes a “intercambiar información sobre sus respectivas políticas y programas para fortalecer la gestión y el control” de este gas. Además, deberán “fomentar la investigación conjunta sobre los desafíos y soluciones de reducción” de ese gas.
Xie Zhenhua, por su parte, ha anunciado la creación de un grupo de trabajo para controlar el avance de las medidas relativas al metano, pero también las que afecten a deforestación y energías renovables. La primera reunión de ese grupo será en la primera mitad de 2022, ha señalado el negociador chino.
Ambos países acumulan en estos momentos cerca del 40% de las emisiones mundiales: China el 27% y Estados Unidos el 11%. Y sus promesas de recorte para esta década son muy diferentes. EE UU, con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, se ha comprometido a reducir a prácticamente la mitad sus emisiones en 2030. China, sin embargo, de momento solo mantiene el compromiso de alcanzar su pico de emisiones antes de 2030 y a partir de ese momento reducirlas. Aunque el objetivo de EE UU es ambicioso, el plan de Biden se está encontrando con problemas para su desarrollo en el Congreso. Además, la amenaza de una futura victoria del Partido Republicano que lleve a EE UU a volver a retirarse de la lucha climática sigue latente.
La declaración difundida por ambos países reconoce que existe una brecha entre los planes que en su conjunto han presentado todos los países y lo que se necesita para cumplir el Acuerdo de París. Ese pacto fija que el calentamiento no debe superar los 2 grados respecto a los niveles preindustriales y, en la medida de lo posible, los 1,5. Pero la suma de esfuerzos mundiales para esta década no lleva ahora hacia esa meta, sino que conduce a un calentamiento de entre 2,4 y 2,7 grados. Ambas naciones admiten en su declaración “que sigue existiendo una brecha significativa entre esos esfuerzos”. “Las dos partes subrayan la importancia vital de cerrar esa brecha lo antes posible, en particular mediante esfuerzos intensificados”, añaden.
En la cumbre del clima de Glasgow se está buscando la fórmula de instar a los países a incrementar sus programas de recorte de forma inmediata, de cara al próximo año. Y muchas miradas se dirigen hacia China. En la declaración conjunta difundida este miércoles, sin embargo, no se aborda este asunto directamente.
La declaración sirve también para sellar esa paz climática entre ambas potencias. En su paso por la cumbre de Glasgow, el presidente Joe Biden deslizó una crítica contra los presidentes de China y Rusia, que decidieron no participar en la apertura de la COP26 de forma presencial. “La gran importancia de esto es geopolítica”, sostiene sobre la declaración difundida este miércoles Nick Mabey, director ejecutivo de E3G, un grupo de expertos en cambio climático. En su opinión, la declaración significa que Estados Unidos y China anuncian que “pondrán fin a la guerra de declaraciones” de los últimos días.
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