En abril, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la retirada de las tropas que permanecían en Afganistán. El plan de repliegue estadounidense se inició en mayo, y supuso el punto de inflexión para el rápido avance talibán en territorio afgano, imparable desde entonces. La estrategia de los insurgentes era controlar los distritos rurales del país, y de ahí dar el salto a las grandes ciudades como Kandahar, Herat, Kunduz para acabar tomando Kabul, la capital, como lograron el domingo. La ofensiva de los talibanes ha puesto en evidencia la falta de estructura y organización de las fuerzas gubernamentales afganas, sin el apoyo ya de Estados Unidos.
Primera fase
Una vez que Estados Unidos comenzó su repliegue, que se prevé que finalice el 11 de septiembre, los talibanes, con presencia en diferentes zonas del país, especialmente en el sur, se concentraron en avanzar hacia los distritos más rurales, con menor defensa por parte del Gobierno afgano y local. El 3 de mayo, el Gobierno mantenía las capitales de las 34 provincias en las que está dividido Afganistán.
Los talibanes lanzaron una ofensiva para tomar el control de las principales vías, sobre todo, las que conectan Kabul con norte y sur y las que dan acceso a las fronteras, para así cortar la comunicación entre las bases gubernamentales. En julio y ante las victorias de la milicia integrista, muchos soldados del Gobierno de Ashraf Ghani depusieron las armas y facilitaron su expansión hasta las afueras de Kabul.
Segunda fase
En agosto se intensificó la invasión: los talibanes controlaban más del 60% del territorio, y el Gobierno de Ghani comenzó a perder el control de las capitales de provincia: la primera es la ciudad de Zaranj, que cayó el 6 de agosto. En una semana, capitularon 14 provincias, con ciudades importantes como Kunduz, Nimroz, Jawzjan, Sar-e-Pol, Kunduz, Takhar, Samangan, Farah, Baghlan y Faizabad.
Las provincias más importantes se rindieron a partir del sábado, 14 de agosto: Kandahar y Helmand, en el suroeste, y Herat en la frontera con Irán. Posteriormente vendrían ciudades como Logar, Mazar-i-Sharif, Jalalabad y la capital, Kabul, con ninguna resistencia por parte de las tropas afganas. El presidente Ghani abandonó el país el domingo, 15 de agosto.
La situación en Kabul
El personal diplomático aguarda para poder salir del país en el aeropuerto Hamid Karzai. Multitud de civiles se agolpan estos días en sus instalaciones, con la esperanza de poder escapar de la capital afgana. Al menos cinco personas han muerto entre el caos y la confusión. Aunque los talibanes se han comprometido a respetar a los ciudadanos, ya se ha informado de varios saqueos en Kabul.
Fuente: Long War Journal, The New York Times y elaboración propia.
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