La ruptura de Shakira y Gerard Piqué ha supuesto un cambio radical en la vida de la ex pareja y en la de sus más allegados. Tanto la cantante como el ex futbolista llevan posicionados en la primera línea mediática desde que salió a la luz el fin de su historia de amor, lo que ha conllevado que sus pasos sean unos de los más seguidos por la prensa. Aunque su larga trayectoria como figuras públicas debería haberlos acostumbrado a tener a las cámaras cerca lo cierto es que, personas como Clara Chía, la cual disfrutaba del anonimato hasta que se anunció su relación con el ex azulgrana, no llega a habituarse a este estilo de vida.
Tal y como ha trascendido, hartos de esta persecución diaria por parte de un fotógrafo, Piqué y Chía interpusieron una demanda contra Jordi Martín, paparazzi que habría ejercido acoso sobre ellos a lo largo de estos últimos meses. Dispuestos a terminar con esta situación, ambos declararon ante la Justicia de Barcelona el pasado miércoles 7 de junio. Aunque en un principio habían solicitado al magistrado que dictara una orden de alejamiento contra Martín, lo cierto es que Piqué decidió retirar dicha petición. No obstante, la joven no se dio por vencida y continuó manteniendo su solicitud. Según la información de la que se han hecho eco varios medios, Clara Chía argumentó que el seguimiento de este fotógrafo le había afectado hasta tal punto de tener que poner su salud mental en manos de profesionales, aportando al juzgado informes psicológicos que lo demuestran.
Como demandado, Jordi Martín ha declarado que el seguimiento que ha ejercido sobre la pareja está completamente justificado con su trabajo como fotoperiodista, algo que a la Fiscalía pareció convencer ya que consideró que el derecho a la información estaba por encima de todo lo demás. Pese a que el miércoles la Fiscalía se negara a aceptar la petición de Clara Chía, finalmente el juez ha resuelto el caso de una manera completamente distinta. Según fuentes oficiales, el magistrado del juzgado de instrucción número 6 de Barcelona ha dictado la prohibición de Jordi Martín de acercarse a Clara Chía a menos de 400 metros de su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro sitio en el que se encuentre.
No obstante, hay ciertas situaciones en las que se exceptúa lo anterior, como por ejemplo, los momentos en los que la joven se encuentre en actos comúnmente denominados como «sociales», en cuyo caso el denunciado no podrá acercarse a ella a menos de 20 metros. Por otro lado, el denunciado no podrá dirigirse a Clara Chía a través de ningún medio ni de redes sociales, incluso de ninguna persona intermediaria. En un principio, tal y como recogen las fuentes oficiales, estas medidas interpuestas tras la resolución de la demanda, tendrán una duración de tres meses, con la opción de prorrogarlo siempre y cuando fuera necesario.