Seísmo importante el que se ha producido a raíz de que LOOK haya publicado en exclusiva la noticia del año: Gerard Piqué y Clara Chía se van a casar. El futuro matrimonio ha elegido la boda del hermano del ex jugador del FC Barcelona para anunciarlo públicamente y ya tiene en marcha algunos preparativos. Sin embargo, a raíz de esto se plantean otra serie de reflexiones que atañen incluso a terceras personas.
No hay mejor manera que amenizar el compás de espera nupcial que ver los efectos y lecturas que tiene la feliz noticia para la pareja. Piqué va a darse el sí quiero con su novia, a quien conoce desde hace apenas un año y que le ha roto todos los esquemas, algo que jamás hizo con Shakira. Ahora se plantea una pregunta: ¿no lo hizo porque voluntad propia o por complacer a su ex?
Solo los implicados saben la respuesta, pero es bueno recordar lo que decía la intérprete de Acróstico cuando le preguntaban acerca del motivo por el que no se casaba con Piqué. Hay que recordar que su relación se prolongó durante 12 años y que dio como fruto dos hijos en común, cuya custodia se ha convertido en motivo de disputa a la hora de separarse.
A Shakira le daba alergia sólo el pensar en la idea de casarse. Así mismo lo dejó claro en declaraciones al pódcast Planet Weird: «No quiero que Gerard me vea como su mujer, sino más como su chica. Es como aquella fruta prohibida, prefiero mantenerlo atento y que piense que todo es posible, eso sí, dependiendo de su comportamiento». Incluso, llegó a confesar que le «espanta» la idea de vestirse vestida de blanco y camino al altar.
Quizá en un intento por hacer muy especial su historia de amor o simplemente por empecinamiento, lo cierto es que su negativa fue tajante y fue con ella hasta las últimas consecuencias. Paradójicamente, Clara Chía ha logrado en tan solo un año conseguir el compromiso formal de su chico. Han pasado varios meses desde que el propio ex futbolista hiciera público su romance con su futura mujer. Los dos acudían de punta en blanco y muy acaramelados a -precisamente- otra boda: la de Anna Torno y Albert Pedret, grandes amigos de Gerard.
Clara Chía y Piqué son felices y comerán perdices
No hay ninguna duda de que Piqué y Chía han sido protagonistas indiscutibles de la prensa del corazón. Sus comienzos se remontan a un «flechazo inmediato» en la exclusiva discoteca La Traviesa Tuset, cuando la joven trabajaba como camarera. Allí se produjo el hechizo y las primeras citas clandestinas de la pareja.
Entre ellos había varios nexos de unión. Por un lado, que la joven trabajaba en la empresa matriz de Gerard (Kosmos). Pero lo que más les acercó y les mantuvo unidos era el pertenecer al mismo hábitat. Ambos se han criado y han hecho vida en un hermético entorno catalanista muy típico de la burguesía catalana.
En este sentido, Look tuvo acceso a una persona vinculada a ese mundo burgués que nos relataba cómo se mueve todo en esos círculos. Por ejemplo, cómo está a la orden del día que las familias den el visto bueno a las relaciones: «La gente no lo ha entendido pero de ahí que a la madre de Piqué no le gustaba que estuviera con Shakira. Es millonaria, pero no cumplía con los requisitos de ser una buena pareja. Ellos querían una chica bien de la sociedad catalana». La colombiana nunca fue santo de devoción de sus suegros, así como tampoco lo llevó al altar. Ahora, Clara Chía tiene por delante un ilusionante proyecto de vida junto a su novio.