El gobierno de la Ciudad de México clausuró la plaza comercial ubicada en la calle de Izazaga, número 89.
El edificio de 16 pisos se dedica a la venta de productos chinos, aunque regularmente no se entregan facturas y solo se aceptan pagos en efectivo.
De la gran mayoría de productos no se conoce si cumplen normas de seguridad o de sanidad, aunque los precios bajos atrajeron a miles de personas por día.
El jefe de Gobierno, Martí Batres, afirmó que el edificio viola diversas disposiciones legales.
Las ventas masivas en este y otros edificios similares, algunos en la misma calle, ya eran tema en las redes desde 2020:
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El Instituto de Verificación reportó que la clausura es porque “no contaban con la documentación correspondiente para acreditar los trabajos que ahí se realizan”.
Productos chinos baratos, aunque…
El tema saltó a la prensa nacional con un reportaje de Reforma, que describió las ventas masivas de productos sin facturas.
Una de las principales afectaciones es el encarecimiento de las rentas de locales aledaños, que son apartados por comerciantes de origen chino para habilitarlos como bodegas.
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