La periodista María Zabala lleva más de 20 años ligada a la vida tecnológica. Por entonces, aparcó el trepidante ritmo de las redacciones y las prisas vertiginosas de la actualidad, y empezó a dedicarse a eso que a muchos les parecía todavía algo remoto: la sociedad digital. Se especializó en Alfabetización y Ciudadanía digitales, una forma de explicar a familias y docentes que la digitalización es parte de nuestras vidas, y que debemos convivir con ella.
Desde su blog iWomanish comparte información con padres y educadores con el fin de potenciar el uso responsable de la tecnología entre las nuevas generaciones. Además, es miembro de The Digital Citizenship Institute, “una comunidad internacional que entiende la ciudadanía digital no solo como habilidades, legislación o protección, sino también como conexión entre personas”. Así lo define Zabala en su perfil de Instagram.
Hay que normalizar toda esa tecnología que nos rodea, incorporándola a nuestra vida familiar y a la educación que se da a nuestros hijos
María Zabala, experta en comunicación digital
Educar en la sociedad digital actual ha hecho cambiar muchas pautas de comportamiento y relaciones en la familia. La consultora asegura en la plataforma #MejorConectados, de Telefónica, que “el objetivo es que nuestros hijos aprendan a usar la tecnología de una manera responsable, consciente, positiva y colaborativa”. Este espacio recoge las reflexiones y consejos de expertos como Toni Nadal, Perico Delgado, para inspirarse con las historias de Rafa Nadal, Teresa Perales… con el objetivo de dar herramientas para conseguir los retos que nos propongamos. Deportistas, grandes chefs, músicos y emprendedores para reforzar la importancia de las conexiones humanas, la comunicación como medio de expandir el talento. El testimonio de Zabala, comunicadora por excelencia, anima a hacer un uso sensato y correcto de las tecnologías que nos acompañan. Explica cómo entender la sociedad multipantalla en la que vivimos y aporta conocimiento para saber si lo estamos haciendo bien.
Cómo educar desde casa
La experta considera que para la convivencia en este escenario –inmersos en redes sociales, aplicaciones, videojuegos, dispositivos y entornos digitales– “es tan importante trabajar la comunicación como entender el contexto de la sociedad actual”. Y nos indica algunas pautas para empezar el curso #MejorConectados en casa:
1. Ser empáticos, asertivos y cercanos. “Debemos entender la época en la que están creciendo nuestros hijos. No pueden vivir una infancia idéntica a la nuestra; de hecho, crecen en un mundo que es digital. Permitamos más o menos acceso a la tecnología, eduquemos no desde el temor a los peligros, sino desde el tipo de familia que somos. Asumiendo, además, que cada niño es diferente. Identificando lo que de verdad nos preocupa, aproximándonos a la realidad de nuestros hijos de vez en cuando, para no educar solo desde la nuestra”.
2. Ser responsables. “Tenemos que asumir el papel que nos toca, que es el de adultos responsables que educan a niños y adolescentes. Dando ejemplo proactivo y real, no solo evitando que nos vean conectados, sino pensando en qué nos ven hacer cuando nos conectamos. Compartiendo experiencias, lo que les gusta a ellos de Internet y lo que nos gusta a nosotros, tomando decisiones coherentes”.
3. Estar al día. “Se debe ganar conocimiento para después trasladarlo, y, si hace falta, formarse. Aprender sobre el mundo de hoy, cómo funciona, qué representa, cuáles son los riesgos y cuáles las oportunidades. Empezando por mejorar nosotros como usuarios de tecnología, para poder ser la referencia en la que se miren nuestros hijos”.
4. Conversar y escuchar. “Hay que construir una familia en la que la tecnología forme parte de la convivencia. Compartir tiempo juntos, también con pantallas, tocando temas incómodos, reconociendo nuestras carencias, y buscando el humor, si es posible. Poniendo el foco no en lo que la tecnología hace con nosotros o nuestros hijos, sino en lo que nosotros podemos hacer con ella”.
5. Tener una nueva actitud ante lo digital. “Se debe incorporar al resto de la educación. Con valores, buenos hábitos, ejemplo, información, conversación y convivencia. Entendiendo que nuestra sociedad se nutre de la interacción entre personas que conectan, aunque sea también a través de pantallas”.
“Mamá, ¿lo sabe María Zabala?”
Los hijos de Chantal, madre de dos niñas de 18 y 13 años y un chaval de 16, recurren a esa pregunta en cuanto ella toma una decisión que afecta a las relaciones de los jóvenes de la casa con las redes sociales. Y esperan con ansiedad la respuesta de la experta: saben que habla una voz autorizada. “En cuanto me surge algún problema, alguna duda sobre nuevas aplicaciones que me piden o no sé cómo enfocar algo alrededor de los temas digitales, directamente recurro a ella”, explica Chantal, agente comercial de 47 años. “Me fío de su criterio, porque es muy razonable y sensata. No es el sí por el sí o el no por el no. Es el sí, pero… y el no, pero…”.
Los problemas son variados y están acorde con la edad de cada uno, pero el principal es gestionar el tiempo que pasan delante de móviles, tabletas u ordenadores personales. Negocia un tiempo con ellos, que generalmente coincide con los que las propias aplicaciones indican. “Una vez transcurrido, se bloquea y a otra cosa. Como no estés pendiente, los más pequeños agarran un dispositivo y no lo sueltan. Por su parte, la mayor se organiza muy bien, prioriza los tiempos de estudio y de móvil; y además no le gusta estar expuesta en las redes sociales”, describe.
María Zabala asegura que “hay que normalizar toda esa tecnología que nos rodea, incorporándola a nuestra vida familiar y a la educación que se da a nuestros hijos”. Una afirmación que se ha instalado ya en miles de hogares del país. De hecho, Chantal cree que estas nuevas relaciones tecnológicas “han llegado para quedarse, sobre todo en el proceso educativo”.
Si algo bueno ha tenido la pandemia es que ha conseguido que todos seamos un poco más digitales y se ha normalizado el uso de los dispositivos para teletrabajar y estudiar en remoto. Chantal afirma que en los colegios de sus hijos las nuevas tecnologías ya están totalmente instaladas. “Tienen asignaturas específicas, y, sobre todo, el tema de los deberes, que con la covid ha salido reforzado. Se cuelgan las tareas que hay que hacer a través de una aplicación y ahí queda todo registrado”.
“Mamá, ¿puedo…?”. Esta será una de las preguntas que más se escuche en los hogares estos primeros días del curso. En los puntos suspensivos hay espacio para un lenguaje que se hace cada vez más habitual. Chatear, guasapear, tuitear, ‘instagramear’… Autorice usted lo que quiera, pero hágalo con sentido común.
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