¿Sueles comer con prisa y dedicas apenas unos minutos a comer antes de volver a trabajar? Los médicos suelen aconsejar que para una buena digestión es importante tomarnos nuestro tiempo en comer, pero además se suele tener la creencia que comer rápido engorda pero ¿es esto cierto? Lo analizamos a continuación.
¿Comer rápido engorda?
La comida es un momento que merece el momento adecuado y la atención adecuada. Debemos comer una comida caliente, tranquilos, sentados y despacio y cuando no tenemos la costumbre de hacerlo nuestro cuerpo sufre y de alguna manera te hace subir de peso.
Cuando comes rápido, tragas muchas cosas sin saborearlas, tus papilas gustativas no tienen tiempo para deleitarse, por lo que tu comida se basa en la cantidad y poco en la calidad. La comida también debería proporcionarnos alguna satisfacción. Privarse de esto significa privarse del placer de comer y, en cierto sentido, comer mal.
Pero además de engordar porque nos alimentamos mal debido a las prisas, podemos también enumerar estas otras causas para el hecho de coger peso cuando apenas dedicamos unos minutos a la comida (o la cena):
No le damos tiempo a nuestro estómago para saber si está lleno
La sensación de saciedad se produce 20 minutos después del primer bocado. Comer rápido y quizás distraerse por la TV, teléfonos o PC nos distrae de nuestro estómago y al no escucharlo terminamos llenándolo más de lo necesario y más allá de tu saciedad y por lo tanto terminamos comiendo demasiado. Si comes con más calma, seguro que tardarás menos de 20 minutos en terminar el plato, lástima que el estómago nos informe después de 20 minutos si está lleno.
No masticamos bien
Comer rápido a veces coincide con masticar demasiado rápido. Masticas y tragas apresuradamente sin darle peso ni siquiera al sabor, a su consistencia, no masticar bien los alimentos es perjudicial para la salud ya que además llenas el estómago de aire, aumenta la sensación de hambre y con ello que comamos más pero en poco tiempo. Un «círculo vicioso» que se paga siempre engordando.
No comemos en compañía
Compartir una comida a menudo nos relaja, nos ayuda a no distraernos con varios televisores y pantallas y a comer despacio y con calma. Mientras charlamos o escuchamos, tendemos a mantener la comida en la boca durante mucho tiempo y saborear los sabores y con ello que la digestión sea mejor y que en definitiva, no engordemos tanto.
Comer mientras disfruta de tu comida es muy importante y la conciencia es el primer paso hacia el cambio. Aprender a comer despacio es posible, para ello empieza a explorar las posibles razones por las que comes tan rápido .
¿No tienes tiempo? ¿tienes una mala relación con la comida? En ocasiones esta forma de volcarse a la comida con voracidad esconde problemas relacionados con una educación demasiado rigurosa, el miedo al abandono o la necesidad de ahorrar tiempo. ¿No cree que el aumento de peso a menudo está relacionado con un problema psicológico? Muchas personas obesas afirman que comen principalmente para compensar lo que le falta en su vida. Por ello, la próxima vez que sea hora de comer, recuerda darte el tiempo que te mereces.
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