Todos conocemos la salsa boloñesa, especial para la pasta y que le ofrece ese sabor y toque distinto para los macarrones o los espaguetis. Esta salsa es típica de la región italiana de Emilia Romagna, concretamente de las comarcas que están cerca de Bolonia y lleva el nombre de ragú. La conocemos porque es uno de los símbolos culinarios de esta gastronomía, aunque es verdad que posee muchas variantes.
Esta salsa se emplea también en otros platos como pueden ser en empanadas o en guisos porque le da más potencia a otras recetas que pueden ser algo más sosas.
Si analizamos la historia de esta importante salsa es de destacar que fue en octubre de 1982 cuando una delegación de Bologna que representaba la Accademia Italiana della cucina depositó en la Camera di Comercio Industria Artigianato e Agricoltura di Bologna la receta oficial del ragù bolognese porque se quería garantizar la continuidad y el respeto a la tradición gastronómica boloñesa en Italia y en el mundo.
Sus ingredientes
Los ingredientes principales son la carne picada de ternera o bien de buey, panceta de cerdo, hortalizas variadas y el tomate del que se hace la salsa. En determinados lugares se le añade también vino blanco, caldo de carne, mantequilla y leche.
Los tomates
El secreto de esta salsa está en dos ingredientes principales que son el tomate y la carne. Según Moralejo Selección deben ser unos buenos tomates, maduros y pelados pero que vayan bien para rallar. Recomiendan que la textura puede ser al gusto, pero queda mucho mejor densa y bien ligada, añadiendo siempre un poquito de azúcar para corregir la acidez del tomate.
¿Qué carne usaremos?
Para la salsa boloñesa la carne puede ser de ternera o de buey principalmente. Desde Moralejo Selección también hablan de la carne de cordero aunque no se estila normalmente para este tipo de salsa. Con esta carne, que más fuerte y potente que el de la ternera y el cerdo, se da más sabor y además ofrece muchas nutrientes.
Verduras y aliños
Si tenemos en cuenta el aderezo, hay que destacar que las verduras dan ese toque que necesitamos para que ofrezca todavía mayor sabor. Un ejemplo es mezclar cebolla y ajo, apio, zanahoria, perejil, orégano o una hoja de laurel.
También se condimenta con vino, si es blanco es mucho mejor, si bien desde Moralejo aconsejan tinto para saborizar aún más la carne, y si tenemos a mano un caldo concentrado que podemos hacer previamente con huesos, es la manera más sencilla de que también quede la salsa bien espesa.
Si añadimos leche entonces damos más cremosidad a la salsa y también la suaviza si queda excesivamente sabrosa.
Cómo cocerla
Lo mejor es realiza la salsa boloñesa tranquilamente en casa. De manera que para cocerla los ingredientes deben ligar entre sí y así el sabor es mucho más intenso. Y según pasen los minutos también irá adquiriendo un tono más oscuro e inconfundible.
La cocción debe ser a fuego lento y alrededor de dos horas o más. Así obtendremos una salsa mucho más fuerte y sabrosa.