Mesopotamia es el nombre que recibe la zona de Oriente Próximo que actualmente ocupan buena parte de Siria e Irán. La civilización se extendió entre los años 10.000 a.C y 539 a.C. A continuación hemos recogido los datos más interesantes sobre cómo era la vida en Mesopotamia.
Ciudades
Todas las ciudades de la Antigua Mesopotamia estaban rodeadas de murallas, que se construían con ladrillos secados al sol. Los edificios más importantes de todos eran dos: la residencia del Rey y el templo.
Los templos eran considerados la residencia de los dioses en la Tierra. En la gran mayoría de los casos eran construidos sobre una torre escalonada. No sólo eran el corazón de la religión, sino que los templos también eran la sede del Gobierno, del tribunal de justicia y la escuela.
En los últimos años del Reino el Rey pasó a controlar el Gobierno. De esta forma, los templos quedaron sólo como lugar para realizar los diferentes ritos religiosos. El resto de funciones pasaron a desempeñarse en la residencia del Rey.
El resto de la ciudad se extendía alrededor de la residencia real. Las casas de las familias ricas estaban situadas en las calles más anchas. La gran mayoría de la población vivía hacinada en pequeñas casas de adobe.
Sociedad
En relación a la vida en Mesopotamia, en la cúspide de la pirámide estaba la familia real y la nobleza. Ellos eran quienes tenían todos los derechos y poseían la mayor parte de las riquezas.
Los sacerdotes se ocupaban de los rituales religiosos. Colaboraban muy estrechamente con el Gobierno, y vivían en templos. En cuanto a los funcionarios, los más importantes eran los escribas, de familias nobles.
Los artesanos trabajaban en los talleres: tejeros, carpinteros, perfumistas, orfebres…
El resto de la población eran libres o esclavos. Los campesiones no eran dueños de las tierras, sino que las alquilaban a cambio de un parte de a cosecha.
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