En la Antigua Roma los baños formaban una parte muy importante en la vida cotidiana de los romanos. No eran simplemente un lugar donde bañarse y asearse. Era allí donde los romanos se reunían para hablar de todo tipo de temas, así como para hacer ejercicio o incluso arreglarse la barba. Las termas romanas en la Antigua Roma eran espacios públicos, que tenían una gran función social.
Se cuidaba mucho el ambiente y todas las estancias estaban decoradas con mosaicos, frescos y estatuas. Por lo general, a las termas romanas no acudían los romanos de clase alta, sino aquellos que no podían tener un baño en casa: los plebeyos.
En Roma, en el siglo I a.C existían alrededor de 170 baños. Sólo un siglo después había más de 1.000.
Estancias de las termas romanas
Las termas romanas en la Antigua Roma estaban divididas en las siguientes estancias.
- Palestra: la palestra era el patio central, en torno al cual estaban todas las demas estancias. Además, este espacio estaba destinado a la práctica de ejercicio físico.
- Tabernae: justo al lado de las salas de baños estaba la tabernae, donde se vendía comida y bebida.
- Tepidarium: una estancia de temperatura tibia, donde los bañistas se preparaban para acceder a la de agua caliente.
- Caldarium: era la habitación más importante de todas, la del baño de agua caliente. Por ello era la que más luz tenía, y la que mejor adornada estaba.
- Frigidarium: esta era la habitación destinada a los baños de agua fría. En las termas romanas en la Antigua Roma más grandes había incluso una piscina para nadar.
- Apodyterium: y, por último, los vestuarios. Los romanos dejaban aquí sus objetos personales y ropas, que quedaban vigilados por un esclavo.
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