Más allá de la pandemia del coronavirus, el otoño es época de gripes y de resfriados. La mascarilla es de uso obligatorio y, además de protegernos del Covid-19, también actúa a modo de escudo protector contra este tipo de enfermedades. Los expertos creen que jugará un papel fundamental para evitar brotes. Pero aún así, ninguno de nosotros estamos libres de tener un catarro, así que es importante saber cómo actuar a la hora de sonarse los mocos con la mascarilla.
Principales recomendaciones a seguir
Cuando estalló la pandemia del coronavirus, los especialistas hicieron especial hincapié en la importancia de colocar la parte interna del codo en la boca y/o en la nariz al toser o al estornudar en lugar de la mano si no se tiene un papel desechable. Pues bien, esta indicación sigue siendo de utilidad aunque llevemos mascarilla.
Varios estudios han demostrado que nos tocamos la cara hasta 3.000 veces al día, de forma que las manos son una de las principales vías de contagio. Si tocamos una superficie contaminada y luego nos llevamos las manos a la nariz, la boca o los ojos, el virus puede ingresar en nuestro organismo.
¿Tenemos que quitarnos la mascarilla si vamos a estornudar o a toser? Aunque pueda parecer algo poco higiénico, no. Lo ideal es hacerlo con la mascarilla puesta. Una vez se estornuda, los organismos expulsados hacen que la mascarilla pierda efectividad, así que debemos llevar siempre encima una de recambio. A la hora de cambiarnos de mascarilla tenemos que tratar de alejarnos de la gente.
En resumidas cuentas, la forma correcta de actuar para sonarse los mocos con la mascarilla es la siguiente. Cuando vayamos a estornudar, ponemos la parte interna del codo delante de la mascarilla (y si nos da tiempo a alejarnos de las personas que tenemos alrededor, mejor). Luego, nos alejamos de la gente para sonarnos los mocos si es necesario y cambiarnos la mascarilla. Por supuesto, debemos lavarnos las manos con agua tibia y jabón pH neutro o gel hidroalcohólico.
Errores más comunes en el uso de la mascarilla
Uno de los errores más frecuentes en el uso de la mascarilla es precisamente descuidar la higiene de manos durante su manipulación. No hay que olvidar que las manos son una de las principales vías por las que las bacterias y los virus entran en nuestro organismo. Por lo tanto, antes de ponernos y quitarnos la mascarilla debemos lavarnos las manos.
También hay quienes utilizan la mascarilla más tiempo del recomendado por el fabricante. Las quirúrgicas no deben utilizarse más allá de las cuatro horas.
Y, por último, es esencial que la mascarilla proteja completamente la nariz y la boca, de forma que tiene que cubrir desde el puente de la nariz hasta la barbilla.
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