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¿Cómo funcionan las pruebas de paternidad?

Aparentemente todos sabemos quiénes son nuestros padres, sin embargo, no todo el mundo tiene esa seguridad al cien por cien, y hay muchas personas que deciden realizarse la prueba de paternidad. Con los avances de la ciencia, aparecieron los análisis de ADN que permiten resolver estas cuestiones sin margen de error. Hoy explicaremos en qué consisten estas pruebas de paternidad. Para ello primero hemos de preguntarnos ¿Qué es el ADN?

El ADN

Toda la información genética la heredamos de nuestros progenitores (padre y madre) y permanece almacenada en los genes. Estos son segmentos de una molécula en espiral llamada Ácido Desoxirribonucleico (ADN) que se forma desde el momento de la concepción, se mantiene toda la vida y la encontramos en el interior de cada célula de nuestro organismo.

Toda nuestra información genética está en el ADN

¿Cómo averiguamos nuestro ADN?

La muestra

El ADN del supuesto padre se puede obtener por sangre o por saliva. La saliva contiene suficiente ADN como para realizar la prueba. En Estados Unidos existe la posibilidad de realizar pruebas caseras donde el padre solicita un kit y raspa el interior de su mejilla con un algodón que después envía a un laboratorio.

La comparación

El ADN se compone de los ácidos nucléicos adenina, timina, citosina y guanina. Juntos crean la doble hélice que los laboratorios leen durante las pruebas de paternidad. Para comprobar la paternidad no se estudia el genoma entero, pues esto tomaría mucho tiempo. Los científicos aíslan entre 9 y 16 regiones del ADN  y las comparan con las del bebé.

La efectividad

Estas pruebas son 99.9% efectivas. Los científicos están tan seguros de los resultados que incluso pueden probar la paternidad examinando el ADN de los hermanos o abuelos. La idea es aislar una cadena de ADN del padre, una de la madre y otra del hijo. Sobre ellas hacen actuar una enzima que los convierte en fragmentos asimétricos. Algún fragmento del hijo debe coincidir en longitud con uno de la madre o del padre. Si la mitad de los fragmentos de ADN coincide con los del presunto padre entonces no hay dudas de la paternidad.


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