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Cómo inicia China la reactivación de su economía

Cómo inicia China la reactivación de su economía

Dos meses después de la paralización de actividades por la pandemia por Covid-19, las autoridades chinas dan los primeros pasos hacia la normalización de su economía.

El financiamiento es el primer paso con el que China intenta volver a la normalidad económica, tres meses después de ver surgir en Hubei, una de sus provincias, el brote de Covid-19 que hoy asola al mundo.

Las autoridades del país asiático incentivan a los bancos con el apoyo financiero del banco central chino para que otorguen préstamos a las empresas más pequeñas, indica un reporte especial del Fondo Monetario Internacional (FMI) fechado el 20 de marzo.

Aun cuando también los grandes bancos estatales otorgan “generosos préstamos” a las grandes compañías, incluidas las de propiedad estatal, el organismo señala que mitigar el impacto de este grave shock exige brindar apoyo a los más vulnerables.

México se encuentra inmerso en una confrontación entre organismos empresariales y el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador sobre cuáles deben ser, precisamente, las medidas para reactivar la economía, en momentos en que el país se encamina al momento más crítico de contagios del Covid-19 y se multiplican los pronósticos del derrumbe de la economía mexicana este año. Los empresarios exigen prórrogas fiscales, en tanto que el mandatario se opone a lo que llama rescate de empresas y, en cambio, refuerza sus programas sociales y anuncia créditos a trabajadores formales e informales.

Las primeras noticias sobre la aparición de un nuevo virus que se contagiaba a humanos surgieron en los últimos días de 2019 en Wuhan, capital de Hubei, y una vez que se confirmó su peligrosidad y facilidad de contagio el gobierno chino implementó fuertes restricciones a la movilidad a escala nacional y local, incluida la imposición en algunos casos de toques de queda en los momentos más álgidos del brote, con la consecuente paralización de actividades productivas.

El pasado 19 de marzo fue el primer día sin un contagio, lo que demostró que las medidas de control habían logrado su cometido de contener la propagación, aunque con un impacto económico devastador. “Las últimas semanas han mostrado cómo una crisis de salud, aunque sea temporal, puede transformarse en un shock económico en el que la escasez de liquidez y las perturbaciones del mercado pueden amplificarse y perpetuarse -indica el informe del FMI-. Todo indica que la desaceleración de China en el primer trimestre de 2020 será significativa y dejará una profunda huella en todo el año”.

Centrarse en hogares vulnerables y pymes

Dos meses después de la paralización de actividades, las autoridades chinas dan los primeros pasos hacia la normalización de su economía. El reporte del FMI señala que el gobierno chino comenzó por centrar los apoyos en los hogares vulnerables y empresas más pequeñas, a las que eximen del pago de cuotas de seguridad social y facturas de servicios públicos, y otorgan préstamos a través de empresas Fintech, agrega el estudio del FMI.

Pero también orientó a los bancos para colaborar con sus deudores afectados por el brote, a la vez que los bancos son apoyados con recortes focalizados en los encajes legales (porcentaje de los recursos que los bancos que tienen captación del público deben mantener congelados para garantizar su solvencia).
“(Desde los momentos de contingencia) Las autoridades gestionaron rápidamente el crédito subsidiado para respaldar la ampliación de la producción de material sanitario y otras actividades críticas relacionadas con la respuesta al brote -señala el reporte-. Salvaguardar la estabilidad financiera requiere medidas enérgicas y bien comunicadas”.

Si bien el organismo reconoce que las autoridades chinas intervinieron en una etapa temprana para salvaguardar los mercados interbancarios y dar apoyo financiero a las empresas, también recomienda a los gobiernos ser precavidos al aplicar este tipo de medidas. La ampliación de los plazos de pago a los deudores puede socavar la solidez financiera si no se dirige específicamente a los afectados por los efectos del Covid-19 y si no se limita en el tiempo, aclara el organismo.

“El crédito subsidiado puede asignarse de manera errónea, y mantener a flote a empresas que ya son inviables podría frenar el crecimiento de la productividad más adelante -advierte-. Está claro que, siempre que sea posible, utilizar instrumentos bien focalizados es el camino a seguir”.

El FMI reconoce también que la batalla no ha terminado y mucho menos está ganada. En un reporte complementario fechado el 7 de abril, indica que si bien es alentador que la mayoría de las grandes empresas chinas más grandes han dicho que han vuelto a abrir sus puertas y muchos trabajadores han vuelto a la actividad, persiste el riesgo de que vuelvan los contagios a medida que se reanuden los vuelos nacionales e internacionales, o que la cautela de los consumidores o las empresas frene la demanda de bienes chinos y obstruya la reactivación.

“Las autoridades económicas chinas deben estar preparadas para respaldar el crecimiento y la estabilidad financiera en caso necesario. Teniendo en cuenta la naturaleza mundial del brote, muchos de estos esfuerzos serán más eficaces si se coordinan a escala internacional”, señala el FMI.




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