Cómo mide la lluvia un pluviómetro

¿Cómo funcionan esos aparatos que nos hacen la vida más fácil? Hay muchas cuestiones que a veces nos hacemos, ya que, ¿cómo sabemos la temperatura que hace, cuándo puede llover o si va a hacer viento o no dentro de una semana? El ingenio humano a lo largo de la historia nos ha facilitado todo cada vez más. En este sentido, aquí vamos a descubrir cómo mide la lluvia un pluviómetro.

Estamos hablando de un aparato que se usa para calcular qué cantidad de lluvia está cayendo en un espacio determinado durante un tiempo concreto. Es decir, mide el agua que se precipita de las nubes en cierto momento según nuestros intereses.

¿Un invento sorprendente? Pues en realidad nos acompaña desde hace miles de años. De hecho, se tiene constancia de que ya se usaba en la antigua Grecia hacia el año 500 a.C. Además, también en la India se ha observado que llevaban un proceso similar un siglo después con el uso de cuencos para registrar cantidades de lluvia caída. En aquel país tan lluvioso, sin duda era algo importante tener esta información, y lo sigue siendo a día de hoy.

Llama la atención que, tras tantos siglos, el principio básico en que se basa el funcionamiento del pluviómetro sigue siendo el mismo. Estos aparatos están compuestos de un cilindro de buen tamaño que se sitúa en forma de embudo que desemboca en un tubo más estrecho, donde se hace la medición.

Si te has fijado bien, podrías observar cuando vayas a un aeropuerto que son fácilmente visibles, pues son de gran utilidad para saber si un vuelo puede o no salir. También se usan en estaciones meteorológicas, obviamente, aunque tú podrías hacerte el tuyo propio, pues su principio es muy sencillo.

Cómo funciona un pluviómetro

Ya hemos comentado que consta de dos cilindros. El más grande, tiene aproximadamente medio metro de alto. Este es el que dirige el agua que recoge hacia otro tubo o cilindro interior, que es el que realiza la medición. Su sección ha de ser la décima parte de la que tiene el embudo en la parte superior. Gracias a la diferencia de tamaños, se pueden realizar las mediciones más precisas.

El cálculo de precipitaciones y la calidad de la medición contribuyen en muchos sentidos al bienestar humano. Por ejemplo, son básicos para controlar las redes de alcantarillado de las ciudades. También son importantes para los agricultores, principalmente en tierras de regadío, para las depuradoras o para prevenir en caso de que haya riesgo de inundación. Recordemos que las precipitaciones demasiado intensas pueden causar muchos daños.


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