Javier Pardo, de Barcelona, tiene un coche híbrido enchufable (con un motor de combustión y otro eléctrico) y cuenta que lleva dos meses sin pagar ni un euro en gasolina. Según explica este informático, la clave está en poder recargar su auto en su propio garaje: “Tener un híbrido y no pagar por la gasolina es la ventaja de poder cargar el coche cada día en el parking de mi casa”.
Hoy en día se pueden poner dos tipos de instalaciones de carga en una plaza de garaje para coches eléctricos: un enchufe o un cargador. Los primeros son más baratos y suelen utilizarse para los híbridos enchufables. Los segundos cuestan más, pero permiten cargas más rápidas y son los indicados para vehículos 100% eléctricos, que requieren recargas más grandes. El coste de la instalación depende, en buena parte, de la distancia de la plaza de garaje al cuarto de contadores. No obstante, existen ayudas que cubren una parte de los gastos. “Me han devuelto un 40% del coste que supuso la instalación”, cuenta Pardo.
Disponer de puntos de recarga se ha convertido en un factor clave a la hora de decidirse por cambiar el vehículo de combustión por otro eléctrico. Como todavía no hay tantos donde recargar en la vía pública, una solución es contar con uno propio. En este video se muestran el caso de dos particulares en Barcelona que han colocado puntos de recarga en su plaza de aparcamiento.
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