Los huevos son alimentos muy consumidos, y la forma de recalentarlos varía según el método de elaboración. Es importante conocer las diferentes maneras que existen de recalentar los huevos para que queden como recién hechos y podamos disfrutar de todo su sabor y nutrientes.
- Cocidos: recalentar los huevos cocidos en el microondas no es una buena idea porque la yema puede explotar. Lo mejor es colocar el huevo cocido en un bol resistente al calor, y añadir agua hervida hasta que se sumerja. Dejamos reposar durante 10 minutos, ¡y listo!
- Revueltos: la forma más sencilla y rápida de recalentar los huevos revueltos es en un plato apto para microondas. Calentamos a máxima potencia a intervalos de medio minuto, revolviendo para que el calor se distribuya de manera uniforme.
- Fritos: los huevos fritos también se pueden recalentar, y la mejor manera de hacerlo es poniéndolos en una sartén con una pequeña cantidad de aceite durante tres minutos.
- Escalfados: los huevos escalfados debemos ponerlos en agua en una cacerola a fuego lento durante un par de minutos. Una vez transcurrido el tiempo, los retiramos con cuidado.
¿Cómo conservar los huevos cocidos?
Para conservar los huevos una vez cocidos hay que seguir unas instrucciones muy concretas. De lo contrario, aumenta el riesgo de sufrir salmonelosis, una enfermedad bacteriana que afecta al tubo intestinal.
Los expertos recomiendan consumir los huevos cocidos en un plazo máximo de siete días, siempre y cuando hayan sido conservados en buenas condiciones de refrigeración. Para ello, simplemente debemos guardarlos en un envase hermético en la nevera.
Una vez cocidos, los huevos únicamente pueden estar a temperatura ambiente unas dos horas. Pasado este tiempo, es importante conservarlos en el frigorífico durante una semana como mucho.
Errores más comunes con los huevos
¿Por qué tenemos que guardar los huevos en la nevera si en el supermercado están a temperatura ambiente? Esta es una pregunta que todos nos hemos planteado alguna vez, y tiene una explicación muy lógica.
Los huevos son muy sensibles a los cambios drásticos de temperatura. En el supermercado los tienen sin refrigeración porque la temperatura en este tipo de establecimientos se mantiene constante, pero una vez en casa debemos meterlos en el frigorífico.
Lavar los huevos antes de guardarlos en la nevera no es una buena opción. La cáscara es porosa, y si hacemos esto es muy probable que la suciedad acceda a su interior y contaminar la clara y la yema.
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