En los últimos informes sobre empleo que se han publicado en España hay dos datos que llaman la atención por su aparente contrariedad. Por un lado, la tasa de paro ronda el 16%, lo que supone más de tres millones y medio de personas desempleadas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del primer trimestre, cifra que se ha visto gravemente afectada por la situación derivada de la pandemia. Por otro, un 9% de las ofertas de empleo que se anunciaron en 2020 no fueron cubiertas, según un estudio de la compañía de recursos humanos Adecco. “Ocho de cada diez directores de recursos humanos de nuestro país reconoce tener problemas a la hora de reclutar talento para su compañía, un porcentaje que se ha disparado 30 puntos porcentuales en los últimos cinco años”, recoge el informe. ¿Qué ocurre para que, habiendo demanda, no se cubra esa oferta?
La razón que señalan las grandes empresas de bolsas de empleo, como InfoJobs, Adecco o LinkedIn, es la falta de perfiles especializados, concretamente en sectores que, a raíz de la pandemia, han cobrado mucho protagonismo. Por ello, esta coyuntura puede ser una oportunidad para que mucha gente pueda reinventarse profesionalmente y conseguir un mejor empleo. “Es un momento excelente para que todas aquellas personas que están próximas a incorporarse al mercado de trabajo y las que se han quedado sin empleo apuesten por la formación [para mejorar su currículo]”, explica Rubén Castro, director de Adecco Staffing.
Pero, ¿cuál es el camino correcto hacia el reciclaje profesional (reskilling, en inglés) y la capacitación adicional (upskilling)? José Martrat, fundador de la consultora ActitudPro y experto en digitalización comercial, señala que, antes de tomar una decisión, hay que estudiar dos cosas: qué trabajos serán los más demandados en los próximos años y qué exigirá el entorno laboral que ha nacido a raíz de la situación derivada del coronavirus.
Los empleos más solicitados
En este primer paso, Martrat afirma que hay otras dos nuevas cuestiones que hay que tener en cuenta. La primera es elegir el sector y el puesto de trabajo donde una persona quiere conseguir empleo. Y el segundo es definir un procedimiento que le lleve hasta él, es decir, que habilidades se deben aprender o cuáles hay que perfeccionar. “Las empresas están preparadas para invertir en los campos de trabajo donde irán destinados los fondos europeos. Es ahí donde se contratará a más gente. Conocer los bloques donde se desarrollarán estos proyectos es importante”, define Martrat.
En España, algunas de las líneas de acción de estos fondos irán a proyectos relacionados con la despoblación y el desarrollo de la agricultura, con el medio ambiente y la renovación energética, con el impulso del vehículo eléctrico, con la digitalización de las empresas, con la ciberseguridad, con la sanidad y con la formación que se necesitará para satisfacer la demanda de nuevos perfiles.
La renovación profesional, añade Martrat, debería estar enfocada en estos ámbitos. No es necesario cambiar de sector profesional, sino reenfocar nuestro currículo para llegar a ellos. “Por ejemplo, una persona que se ha dedicado toda su vida al derecho puede hacer un máster sobre derecho ambiental o de ciberseguridad. Encontrará trabajo seguro”. A esas nuevas habilidades, subraya el experto, será esencial mejorar las que se han quedado oxidadas. Hablar inglés fluidamente sigue siendo una de las competencias que más exigen las empresas. Otras, incluso, ya han comenzado a pedir un tercer idioma. Este es un buen momento para empezar a formarse en ello.
Saber utilizar los últimos programas informáticos o tener la habilidad de aprender a usar uno en poco tiempo es otra de las habilidades que más valoran los contratantes. A Microsoft Teams (programa para realizar videollamadas) hay que sumar otros menos conocidos, pero igualmente demandados: Las aplicaciones de Google, Hootsuite (para gestionar todas las redes sociales), Adobe Photoshop e InDesign (para diseño), Final Cut Pro (para producción audiovisual), Jira (para administrar tareas de varios miembros de un grupo), etcétera.
Los puestos más demandados en cada comunidad autónoma
También es importante conocer cuáles son los puestos de trabajo más demandados en la zona donde uno reside. Bien porque desplazarse de ciudad es un obstáculo para el solicitante o el empleo que uno busca es incompatible con el trabajo en remoto. Empresas como LinkedIn o Adecco publican anualmente informes con estos datos.
Las nuevas formas de trabajar
La situación causada por el coronavirus ha impulsado un nuevo modelo de trabajo que, según apuntan los expertos, se quedará más allá del fin de la pandemia. Conocer las aristas del nuevo modelo es importante para saber qué trabajo es el más idóneo.
El teletrabajo. Para Martrat, es una oportunidad para buscar empleos más allá de la ciudad donde una persona vive. “El hecho de: ‘Yo vivo en Madrid o en Bilbao y tengo que buscar ofertas de empresas en mi ciudad’ es una barrera mental que tenemos que romper. Hay muchas oportunidades laborales en las que te permiten trabajar en remoto”, dice. Por otro lado, trabajar de este modo requiere saber controlar los programas informáticos adecuados, disponer de una buena red de internet y, si se trata de una posición de dirección, saber liderar en la distancia.
Las nuevas habilidades. Además de los conocimientos técnicos o de la formación, conocido como hard skills, es importante tener en consideración que cada vez las habilidades ‘blandas’ o soft skills son más demandadas, sobre todo, aquellas vinculadas a la inteligencia emocional, la capacidad de resolver conflictos y de gestionar las emociones. En este sentido, hay formación específica enfocada a mejorar esta habilidad tan demandada ahora. También se le suman otras muy importantes, como la puntualidad, la confianza, la agilidad mental, el trabajo en equipo y la proactividad.
El pluriempleo. Otra posibilidad es decantarse por tener varios trabajos para varias contratantes. Muchas empresas, dice Martrat, han visto con los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) la posibilidad de contratar a personal por un tiempo determinado y para una tarea concreta. “Siempre se ha asociado el pluriempleo a trabajos mal pagados, pero no tiene por qué. Imagínate que uno es profesional del marketing, ¿por qué no prestar tres días por semana a una empresa que no necesita a una persona al 100% y dos días a otra?”, apunta el experto.
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