Los osos pardos pueden definirse como esos gigantescos animales solitarios que tienen una inteligencia superior a la que imaginamos. Estos peludos seres vivos han formado parte de muchas de las series de animación que entretienen cada mañana a niños de todo el mundo. Pero… ¿cómo se comunican en realidad estos animales?
Olor de pies
Normalmente, el olor a pies se enmarca como una de los hedores más repugnantes que puede emitir un ser humano. Una peste desagradable que se produce por un exceso de sudoración del cuerpo ante una situación de nerviosismo o simplemente por una temperatura más alta de lo habitual. Pues bien, para los osos pardos este más que apreciable tufo se define como un aspecto vital en su día a día.
Sí, parece una broma pero te lo estamos diciendo completamente en serio. Se ha descubierto recientemente que los osos pardos suelen comunicarse los unos con los otros mediante el olor de sus pies. Esta es una más de las huellas químicas que utilizan estos seres vivos para comunicarse con sus congéneres. Algo que sabemos gracias a un estudio publicado por la reputada revista Scientific Reports.
Un estudio comprobado
Hasta ahora, sabíamos que los osos se comunicaban por medio de marcas en los árboles o distintas secreciones anales con el fin de emitir señales identificativas. Lo que no se sabía acerca de estos curiosos animales es que sus extremidades podían emitir algunas glándulas que utilizan para comunicarse entre ellos. Según Eloy Revilla, investigador de CSIC en la Estación Biológica de Doñana, este descubrimiento puede definirse como «una comunicación química entre individuos».
El estudio se basó en observar el comportamiento de los osos pardos de las montañas cantábricas y la toma de distintas muestras. Después del correspondiente análisis se determinó que estas glándulas sudoríparas segregan hasta 26 compuestos químicos diferentes. Un auténtico descubrimiento que ayudará en el entendimiento y conservación de una especie amenazada en toda Europa.
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