El 13 de septiembre se celebra el Día Internacional del Chocolate. Se trata de un producto muy extendido en todo el mundo y que consumimos en múltiples formas. Su textura, su sabor y hasta su aroma, son características propias de un producto que lleva con nosotros miles de años.
El chocolate se obtiene mediante la mezcla de azúcar con dos semillas que aparecen a partir de la manipulación del cacao. A partir de esta combinación de masa de cacao y manteca de cacao, aparecen los distintos tipos de chocolate que se conocer, que pueden servir para comer solo o mezclado en muchas recetas.
Ciclo de producción del chocolate
En la actualidad la producción de este alimento está concentrada en países sudamericanos y africanos. Normalmente, por la maduración de la vaina de cacao, que requiere de unos 4 a 6 meses, se producen dos cosechas al año, donde se aprovechan todas estas semillas para crear el producto dulce y con sabor que conocemos.
Para conseguir las tabletas de chocolate que todos comemos, hace falta antes un delicado proceso de recogida, secado y cuidados para que este no se pierda y mantenga todas sus propiedades.
Son los agricultores los que se encargan del cultivo del árbol de cacao. Las semillas que este árbol produce son las que se utilizan posteriormente para la elaboración del alimento final.
Estas semillas se apilan en montones donde se extra la pulpa y las habas de cacao, y se mantienen durante cinco días para su fermentación. Para que conserven sus características, se dejan al sol para que se sequen. Después estas semillas se tuestan, proceso básico para que se forme el sabor del chocolate.
Una vez el proceso está listo, estos granos se trituran en molinos hasta que se convierten en una masa líquida de cacao, y se mezcla con el azúcar y con leche, donde se obtienen tres tipos básicos de chocolate que luego se someterán a distintos tratamientos para lograr sabores más puros y menos puros.
Refinado y conchado
Una vez llegados a este punto, la textura de la masa granulosa que se obtiene, se convierte en una pasta más suave y llegará el conchado con el que se armoniza su sabor y la finura del mismo.
Los dos últimos pasos para obtener el producto listo para tomar son el enfriamiento para que se cristalice y conseguir distintas formas y el moldeado que se realiza según la forma que queramos, ya sea en chocolatina, bombón y otras formas famosas de presentar el producto que ya estaría, después de un periodo de enfriamiento, listo para degustar.
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