La semana pasada, el 9 de mayo, se cumplieron 6 años desde que empecé a escribir y coordinar este blog coral aquí en Planeta Futuro. La semana pasada me dije que por una vez estaría bien escribir un post de celebración de las metas conseguidas y de agradecimiento por las personas que contribuyen a él porque no lo hecho nunca en todo este tiempo transcurrido.
¿Metas conseguidas? Se me ocurre una: dar voz a pequeñas (y grandes) iniciativas que quieren tomarse en serio la vida: la suya, la de los otros y la del planeta. Desde un punto de vista personal lo más interesante para mí es todo lo que he aprendido y todo lo que este aprendizaje ha cambiado en mi vida. Me siento privilegiada de poder haber conocido de primera mano tantas ideas innovadoras. Y si tuviera que resumir en una frase el mensaje más lanzado en estos años desde este blog me quedaría con el título de este post: No podemos tenerlo todo.
Es un mensaje decepcionante, políticamente incorrecto y mal encajado porque nos han educado para querer más y más y todo y ya. Pero la verdad es que hay que desandar lo andado en nuestro estilo de consumo y hay que hacerlo más pronto que tarde. Más de una vez he querido cambiar la foto que abre la página Facebook del blog pero no he conseguido encontrar nada más ajustado que el mensaje de Banksy: “El estilo de vida que encargaste está agotado”. Me gusta releerlo cada día cuando entro en la página porque, por desgracia, es de tanta actualidad como hace 6 años.
La buena noticia es que se multiplican como champiñones las iniciativas para poner freno a tanto despropósito
La semana pasada nos desayunamos con la noticia de que un millón de especies están en riesgo de extinción pero como a la hora del almuerzo ya había otro titular que captaba nuestra atención y despertaba quizá también nuestros miedos atávicos, pues archivamos la muerte anunciada de la vida animal de primera hora de la mañana como un mal que hay que digerir y a otra cosa mariposa. Sin embargo, el susodicho informe sobre el inminente holocausto tiene un llamado directo al ciudadano. Nos pide que cambiemos nuestros hábitos de consumo.
No sé cuántas veces habré escrito en estos años “salva el planeta”. No sé cuántas veces habré escrito sobre un informe o un documental alarmante como este último sobre el estado inquietante de la biodiversidad, de los océanos, de los bosques… Y esa es otra terrible verdad que no puedo dejar de constatar. Más pasa el tiempo y más parece que nos falta tiempo para evitar la catástrofe, que estamos en una cuenta atrás infernal que se acelera por momentos.
Y sin embargo hay una buena noticia entre tanta tragedia. La buena noticia, porque haberla hayla, es que se multiplican las iniciativas como champiñones para poner freno a tanto despropósito. Hay esperanza. Y este blog es una buena prueba de ello. Hablamos a menudo del comercio justo y también de iniciativas por acercar la alimentación local y orgánica al consumidor; de cómo comprar menos e intercambiar más; de moda ética; de apps que nos ayudan a no desaprovechar comida; de consumo colaborativo en todas sus múltiples declinaciones; de cómo emitir menos C02 a la atmósfera, sea viajando menos, sea borrando mails…
Y aquí me detengo en los temas para abrir un pequeño capítulo para los agradecimientos. No sé cuántos posts se han llegado a publicar en estos años ni sé cuántos más llegarán a publicarse. Lo que sí sé es que es el fruto, también colaborativo, de muchos autores que han querido aportar su contribución. A todos ellos mil gracias. Muchas gracias también a vosotros, lectores, que permitís que el blog siga vivo. ¿Qué es un texto sin un lector? Y muchas gracias también, last but not least, a Planeta Futuro y muy especialmente a su directora, Lola Huete Machado, por darme en su día un voto de confianza y permitirme coordinar este blog.
Yo no soy por desgracia tan alterconsumista como querría pero la verdad es que lo soy más que hace 6 años. Que me quiten lo bailao.