A medida que crece la producción de series españolas, se incorporan a ella elementos inéditos en la industria. Uno de ellos es la figura del showrunner, tan poco común hasta ahora en España que ni siquiera tiene un término oficial que sustituya al anglicismo. En Francia lo han traducido como el autor-productor de una serie. Al igual que Michelle y Robert King lo son de The Good Fight (en Movistar+) y Phoebe Waller-Bridge lo es de la primera temporada de Killing Eve (HBO), se buscan los nuevos talentos que sigan la estela de algunos nombres pioneros, como Álex Pina y Esther Martínez Lobato (La casa de papel) y Marta Sánchez y Olatz Arroyo (Supernormal).
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Este martes y miércoles, los salones palaciegos de Casa de América de Madrid han reunido a un grupo de aspirantes a ser máximos responsables de sus propios guiones con algunos de los grandes profesionales del sector audiovisual, dentro del programa del festival Iberseries Platino Industria. Parece una conferencia profesional como tantas otras, pero el asunto central pocas veces se ha tratado en España. Además de ofrecer charlas grupales y asesorar de forma personal a 14 proyectos incipientes, este taller busca impulsar en el mercado español e iberoamericano una figura que puede cambiar las reglas del juego, entregando mayor poder creativo a aquellos que idean y escriben las series ante quienes las financian y quienes las emiten.
Curro Royo, uno de los tutores del taller, explica a este periódico poco antes de que comiencen sus actividades que “hay una nueva posición del creador de contenido en el que se demanda que tenga una formación más específica y más amplia de la que ha tenido hasta ahora”. El objetivo es algo parecido a formar al creador 360. Pero la clave siempre reside en el guion.
El sindicato de guionistas de España ALMA define esta nueva figura en el mercado local como aquella persona que “principalmente ostenta la máxima autoridad en el equipo de guion y, además, la máxima responsabilidad sobre los contenidos”. El nuevo perfil profesional que busca este taller es por tanto el del guionista principal de una serie que, además, controla otros aspectos creativos, como la producción o la dirección, para dar coherencia e identidad al relato.
“Un ‘showrunner’ tiene que ser consciente de que tiene que controlar todo lo que ocurre en una serie y a la vez saber que el control absoluto no existe”
Alba Lucío, una de las tutoras del taller celebrado en el festival Iberseries Platino
Royo comenzó en los años noventa como guionista de VIP Noche y luego dio al salto a la ficción con la productora Globomedia, en Médico de familia y Periodistas. Tras décadas trabajando en el sector, la primera serie en la que se le ha considerado showrunner ha sido en la reciente Hernán, una producción histórica centrada en la figura del conquistador español Hernán Cortés que puede verse a través de Amazon Prime Video y en la que ha compartido labores con el mexicano Julián de Tavira.
Crecimiento exponencial
Esta nueva figura es cada vez más necesaria, a medida que la producción española sigue creciendo. Según los cálculos internos facilitados por ALMA, el aumento de la producción de series locales ha sido exponencial en los últimos años. En la temporada 2015/2016 contabilizaba una veintena de títulos, mientras que en la 2018/2019, que es hasta donde tiene registros, esa cifra ya era el doble. En el año 2020, a pesar de la pandemia, se ha superado el medio centenar de series españolas estrenadas en cadenas de televisión y plataformas.
“También queremos crear un perfil propio de lo que es un showrunner iberoamericano, que se adapte a las circunstancias de su industria, tan diferentes a las de la estadounidense”, apunta el gestor cultural Joan Álvarez, director de este taller. “En Estados Unidos, por ejemplo, es un rol que lleva existiendo mucho tiempo y quienes lo ocupan tienen incluso voz sobre la decisión en torno al reparto y a los directores. Es un aspecto que en España todavía está por negociar con las cadenas, plataformas y productoras”.
Álvarez explica que esta actividad formativa organizada en Casa de América durante estos dos días se centra en trabajar en tutorías particulares los proyectos seleccionados, que todavía están en proceso de construcción. Y en dar un tiempo para que sus creadores asimilen las recomendaciones de los tutores. Pasadas unas semanas, habrá un segundo encuentro con ellos para cerrar el trabajo “que coloque a estos proyectos en una rampa de lanzamiento” y que puedan en el futuro convertirse en una serie.
Alba Lucío, coordinadora de guion en la serie diaria Dos vidas de TVE y que ha pasado por La otra mirada y Olmos y Robles, también del ente público, es otra de las tutoras de este taller de formación. Sus consejos a los aspirantes a ocupar esta figura de autor-productor-director es intentar que su visión se mantenga siempre en el resultado final y ser conscientes de que tienen que estar controlando la producción y a la vez saber que el control absoluto no existe. “Hay que maniobrar muy a menudo. Ese término medio es muy abstracto y, para encontrarlo, tienes que tener muy claro lo que quieres para tu serie”, dice.
Tanto Lucío como Royo coinciden en que, al igual que le ocurre a un director de cine, lo que debe de hacer el máximo responsable de una serie es saber delegar. “Es inteligente escuchar las propuestas de los expertos en vestuario, iluminación y demás departamentos técnicos”, comenta Royo.
Ser showrunner es muy bonito sobre el papel, pero muy complicado, al tener que conjugar tantos roles a la vez, defiende ella. Los imprevistos a los que se enfrenta cualquier guionista a la hora de adaptar en una grabación lo que ha plasmado sobre el papel se multiplican en este caso. “Tienes que estar completamente alerta, porque una producción es algo vivo y cambiante y, en muchas ocasiones, una fuente de desastres. A veces, los cambios que surgen pueden favorecer la producción. Solo tienes que darte cuenta de que estás ante una oportunidad”, aconseja la guionista.
Para una mujer, además, se suma el reto de “hacerse respetar” para llevar a buen puerto su propuesta, dice Lucío. Aunque ya existen ejemplos femeninos en el panorama español. La tutora del taller cita a Abril Zamora, que en breve estrena Todo lo otro, una de las series originales de HBO Max, y también a Estíbaliz Burgaleta, que ha creado y estás desarrollando la serie Tú no eres especial para Netflix. “Realmente, el escenario no es el más favorable para que aparezcan mujeres showrunners, a pesar de que probablemente sea el más favorable que hemos tenido hasta ahora. No lo es ni en España ni en cualquier parte del mundo”, defiende. La lucha, opina, no se encuentra en la industria audiovisual, sino que es algo social que trasciende a la profesión. “Hasta que la sociedad no avance en términos de igualdad, a la mujer no se le va a escuchar del mismo modo que a un hombre en las cadenas de televisión o las salas de guion”.
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