‘Compañero del metal’: el grito de José María Calleja en su lucha por la libertad

Luis Rodríguez Aizpeolea, coordinador del libro de homenaje a José María Calleja, posa con la publicación en San Sebastián.
Luis Rodríguez Aizpeolea, coordinador del libro de homenaje a José María Calleja, posa con la publicación en San Sebastián.Javier Hernández

El periodista, escritor y profesor José María Calleja, fallecido por coronavirus en abril pasado, reivindicaría hoy el valor de lo político y defendería la necesidad del consenso frente al ruido y la crispación que se han instalado en el patio de la política española. Su amiga y también periodista Eva Orúe no tiene dudas de ello: “En esta situación y ante esta moción basura, Josemari apostaría por la idea de trabajar juntos, posiblemente excluyendo a quienes no están dispuestos a encontrar ningún acuerdo”.

Seis meses después de su muerte, la publicación Compañero del metal. Miradas a la figura de José María Calleja (Editorial Catarata, 109 páginas) reúne las voces de 20 personas del ámbito universitario, periodístico y de las víctimas del terrorismo que convivieron con él y destacan su innegable contribución a la libertad, el pluralismo, la lucha contra ETA y la violencia machista. El libro, coordinado por el periodista de EL PAÍS Luis Rodríguez Aizpeolea, recoge los testimonios del filósofo Fernando Savater; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; la presidenta de Covite, Consuelo Ordoñez; el librero Ignacio Latierro, y el exdirigente del PP vasco Borja Sémper, entre otros, un “elenco muy transversal” que representa “planteamientos diferentes”, según se ha destacado en la presentación en San Sebastián.

Es un homenaje al “combatiente” que se distinguió por ser el primer periodista que “dio visibilidad a las víctimas del terrorismo”, ha dicho esta mañana Aizpeolea, en una época en la que las crónicas periodísticas ponían el foco en los atentados y no en los asesinados por ETA. Calleja publica en 1997 Contra la barbarie: un alegato en favor de las víctimas de ETA, en la que se incluye por primera vez en una publicación un listado completo de los muertos por la banda hasta entonces. Para el historiador Gaizka Fernández Soldevilla, miembro del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, esa obra “rompedora” supone un “punto de inflexión” en el relato de la acción criminal de ETA, pues coloca a las víctimas en el primer plano.

“Su vida fue un alegato permanente a favor de la libertad y en contra de la violencia y la muerte”, ha opinado el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, en la presentación del libro, que ha contado con el apoyo de los ministerios de Cultura y Deporte, e Interior, y la colaboración de la familia de Calleja.

Utilizaba a menudo la expresión “compañero del metal” –es el título del artículo de José Miguel Santamaría, director de El Correo– porque, según Aizpeolea, llevaba muy interiorizada su “idea de la solidaridad, la unidad en la lucha y la fraternidad”. Calleja era afectuoso, cariñoso, humilde, divertido, ocurrente… destacan en sus escritos los coautores de Compañero del metal.

Pepa Bueno, directora del programa Hora 25 de la Cadena Ser, escribe en el libro que “José Mari fue un luchador antifascista”, cuya trayectoria profesional “descansa moralmente desde el principio hasta el final en esa apuesta radicalmente democrática”. “Era todo lo contrario al fundamentalismo de cualquier pelaje y color”. Genoveva Gastaminza, que firmaba en EL PAÍS, le define como “un periodista destacado y brillante con un plus activista que le llevaba a comprometerse más allá del puro seguimiento de los hechos”.

Calleja se autoproclamaba “la cuota masculina” de un debate de mujeres que él puso en marcha en CNN+ en 2010, la primera en la tele solo con tertulianas, y que después emigró al ámbito privado, con cenas y reuniones presididas por el buen humor, las bromas, el cotilleo, las porras y algunos cánticos también. Orúe lo recuerda en el libro. Ella, Berna González Harbour, Irene Loza y Sara Gutiérrez formaron el grupo “Callejeras”, que aún las mantiene conectadas en un chat de Whatsapp que dirige, es un decir, la “callejera jefa”.


Source link