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Compra de Banamex fracasó por conflicto ferroviario: fuentes Reuters

Compra de Banamex fracasó por conflicto ferroviario: fuentes Reuters

Los crecientes ataques del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, contra sus adversarios y sus intervenciones en la economía forman parte de una campaña calculada para cimentar su legado y consolidar el apoyo a su posible sucesor de cara a las elecciones presidenciales de mediados del próximo año.

El viernes, el veterano izquierdista asustó a los inversores al ordenar la ocupación temporal de un tramo de ferrocarril privado que considera crucial para una de sus obras públicas emblemáticas destinada a impulsar el desarrollo en el empobrecido sur del país.

El miércoles, se supo que la empresa cuya unidad ferroviaria controlaba el tramo -Grupo México- ya no estaba en la carrera para comprar la unidad mexicana del banco estadounidense Citigroup, que en su lugar dijo que buscaría una oferta pública inicial.

Algunas personas familiarizadas con las conversaciones culparon al conflicto ferroviario por el fracaso del acuerdo, dice el análisis de Reuters firmado por Dave Graham.

Los hechos se produjeron después de ataques de López Obrador a la Suprema Corte de Justicia, que anuló las órdenes del Gobierno de dar prioridad a sus obras públicas emblemáticas, y se ha resistido a un impulso energético nacionalista que ha alimentado el conflicto con Estados Unidos y otros aliados comerciales.

Aunque se ha peleado regularmente con las empresas que obstruyen sus políticas económicas, el mandatario ha tratado de fomentar la inversión de forma más amplia y aprovechar el creciente interés por trasladar empresas a México desde Asia debido a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.

Su vilipendio de la Corte y otros controles a su poder han provocado acusaciones de la oposición de que está concentrando imprudentemente el poder antes de la votación presidencial de junio de 2024, que su partido se inclina a ganar a pesar de que López Obrador no puede postularse porque los presidentes mexicanos están limitados a un mandato.

Polimnia Sierra, exasesora de López Obrador, dijo que el presidente estaba jugando con los prejuicios populares sobre una élite corrupta, el antiamericanismo y la desigualdad, al tiempo que alentaba deliberadamente los ataques de la oposición contra sí mismo.

“Está alimentando las dos grandes corrientes de pensamiento, le echa fuego todos los días”, dijo Sierra, que ahora es legisladora de la oposición. “A la gente le gusta que hable de los ricos, que les diga rateros. Por eso no baja en las encuestas”, agregó.

Un portavoz de López Obrador reconoció que el presidente estaba aplicando presión económica para entregar proyectos clave, que estaba adaptando sus críticas a su base de cara a las presidenciales y que la oposición había sido atraída al debate en sus términos.

El presidente argumenta que los gobiernos anteriores amañaron la economía en favor de una minoría adinerada, y que él fue elegido, ante todo, para defender los intereses de los mexicanos más pobres.

“Debo respetar al pueblo”, sostuvo esta semana.

Los índices de aprobación de López Obrador se han mantenido cercanos o por encima del 60% durante la mayor parte de su gobierno, lo que ha supuesto un suelo de apoyo para el gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en su intento de asegurarse un segundo mandato de seis años en 2024.

López Obrador ha instado a su partido a continuar lo que denomina la “cuarta transformación” de México después de que él se retire el año que viene. Las encuestas muestran que Morena es el gran favorito para ganar en 2024, impulsado por la popularidad del propio López Obrador.

Las encuestas sugieren que los favoritos para suceder al mandatario de 69 años son la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el canciller, Marcelo Ebrard, ambos aliados del presidente desde hace mucho tiempo.

“NO SOCIALISTA”

López Obrador ha dedicado cada vez más tiempo a obras emblemáticas, y Sierra aseguró que la disputa ferroviaria con Grupo México era una señal no de que se preparaba para un conflicto más amplio con las empresas, sino de que estaba decidido a terminar sus proyectos favoritos.

La vía forma parte de un plan para crear un moderno enlace ferroviario entre las costas del Pacífico y del Golfo de México que, junto con otro ferrocarril en construcción en la península de Yucatán, conocido como el “Tren Maya”, se encuentran entre sus mayores obras de infraestructura.

“Se mete con la iniciativa privada, pero sólo (cuando) le estorba”, sostuvo Sierra, argumentando que el presidente había demostrado ser menos intervencionista en la lucha contra los controles a su poder de lo que ella esperaba en un principio. “No es el socialista que creíamos”, agregó.

López Obrador ha alabado repetidamente su gestión de la economía, la subida del principal índice bursátil de México, su aversión a contraer deuda y el fortalecimiento del peso durante su mandato. También se ha negado a subir el impuesto sobre la renta.

Pero durante sus conferencias de prensa diarias ha puesto en la picota a las instituciones que interfieren en sus esfuerzos por cumplir las promesas de campaña, o que proporcionan apoyo financiero a sus críticos.

Con la oposición fragmentada y dividida, el Poder Judicial se ha convertido en el freno más visible a sus ambiciones.

Esta semana, López Obrador volvió a acusar a la Suprema Corte de estar bajo el control de intereses enquistados que habían sumido a México en la “decadencia”.

Gabriela Cuevas, exdiputada de Morena, dijo que si bien tales ataques eran alarmantes, una y otra vez la oposición había dejado que el presidente enmarcara el debate público aprovechando las peleas sobre instituciones como la Suprema Corte y otros organismos que son secundarios para muchos mexicanos más preocupados por la seguridad y la pobreza.

Debido a que la oposición no ha logrado aflojar el control de López Obrador sobre la narrativa, las instituciones dominadas por la élite, como la Suprema Corte, se han convertido en objetivos más atractivos para él, explicó.

A medida que se acercan las elecciones, es probable que la retórica divisiva a la que responden los votantes siga aumentando, añadió Cuevas.

“Él sí sabe qué le importa a la gente, qué le duele a los mexicanos”, dijo.


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