Los líderes de ambos partidos en la Cámara de Representantes y el Senado redoblaron los esfuerzos por lograr un nuevo compromiso sobre respaldos fiscales.
Los negociadores en el Congreso de Estados Unidos se apuraban el jueves por resolver los detalles de un proyecto de ley de ayuda fiscal por la pandemia de 900.000 millones de dólares, que los legisladores quieren aprobar antes de dejar el Capitolio este año.
Se espera que la ley incluya cheques de entre 600 y 700 de dólares en apoyo financiero para individuos, que extienda los beneficios por desempleo y ayude a pagar por la distribución de vacunas. Además, los fondos asistirán a pequeñas empresas golpeadas por la epidemia, que ha matado a más de 304.000 personas en el país y dejó a millones sin trabajo.
El Congreso aprobó 3.000 millones en ayuda económica durante la primavera boreal pasada, pero los legisladores han estado discutiendo desde entonces sobre cuántos más recursos podrían ser necesarios.
En momentos en que las tasas de infecciones por Covid-19 aumentan a nuevos máximos y la economía estadounidense muestra señales de debilitamiento, los líderes de ambos partidos en la Cámara de Representantes y el Senado redoblaron los esfuerzos por lograr un nuevo compromiso sobre respaldos fiscales.
“Estamos progresando”, dijo a los periodistas la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el miércoles por la noche. La líder demócrata se negó a predecir un cronograma para finalizar la propuesta de ayuda por Covid-19 y replicó: “Estaremos listos cuando estemos listos”.
Los legisladores tenían como objetivo vincular la medida a un proyecto de ley de gastos generales, que debe aprobarse el viernes por la noche para evitar una paralización de fondos del Gobierno federal.
El líder demócrata de la Cámara baja, Steny Hoyer, dijo que si no se cumple el plazo de la medianoche del viernes, podría forjarse otro proyecto de ley de gastos provisional de tres o cuatro días de duración para mantener abiertas las agencias gubernamentales mientras continúan las negociaciones.
“No quiero cerrar el Gobierno”, dijo Hoyer.
Los principales aspectos de la ley de estímulo fiscal fueron divulgados por los legisladores en sus cuentas de redes sociales, pero los negociadores y asesores en el Congreso todavía estaban trabajando en varios puntos conflictivos.
Dos cuestiones polémicas parecen haber quedado en el camino.
No se espera que la medida incluya un fondo para los gobiernos estatales y locales, que durante mucho tiempo ha sido una prioridad demócrata pero a la que se oponen los republicanos. Tampoco aparecen nuevas protecciones para las empresas ante demandas relacionadas con la pandemia, un asunto que ocupa un lugar destacado en la agenda republicana.
John Thune, el segundo republicano de mayor rango en el Senado, dijo que los pagos directos a las personas alcanzarían entre 600 y 700 dólares por beneficiado, casi la mitad del monto que los legisladores aprobaron en efectivo para individuos en la primavera pasada.
Con información de Rts