Hablar una lengua indígena no es atraso, es un acto de resistencia, afirma Lesvia Esesarte Baoles, quien además, escribe poemas y es profesora de primaria donde imparte seis horas de ombeayiüts.
Diana Manzo
San Mateo del Mar; Oax.- Su sueño es que la lengua de sus abuelos, el ombeayiüts, crezca como una enorme ola por todo el territorio de San Mateo del Mar, y para lograrlo Lesvia Esesarte Baoles escribe poemas, canta en rap y es profesora de primaria en la escuela Emiliano Zapata en donde semanalmente imparte seis horas de clases de ombeayiüts, su lengua materna a estudiantes de primer grado.
Hablar una lengua es tan importante como tener un nombre y apellido, explicó Lesvia de 40 años de edad, quién ha sido una activista en la defensa de los derechos lingüísticos, porque considera que hablar una lengua indígena es un acto de resistencia para los pueblos originarios.
Anteriormente recalcó que los padres no ensañaron a sus hijos su lengua materna porque lo consideraban “atraso, confusión o que causaría problemas en el aprendizaje”, esa represión también la vivió desde su hogar, pero lo venció y comprobó que “hablar una lengua indígena es un acto de resistencia” por la cual lucha todos los días.
El ombeayiüts constituye una de las lenguas con menor número de hablantes en Oaxaca, no obstante, presenta una tendencia al aumento por ejemplo en el censo Inegi 2000 los hablantes eran 14 mil 224, 10 años después, en 2010 aumentó a 15 mil 801, sin embargo, mientras se puedan tener los últimos resultados, la escritora profesora ha hecho la labor de revitalizar la lengua de su pueblo.
Recientemente grabó en su lengua materna un video de rap de un poema dedicado a los “Humedales” que próximamente se estrenará y con el cual también busca acercarse a los jóvenes para que revivan el gusto por este idioma.
Ella escribe y enseña para no olvidar, y esa constancia de hace 25 años le dio un reconocimiento el año pasado, tras postular su poema narrativo “Tinood ximeaats” (Me robaste el corazón) fue galardonada por el Centro de las Artes de San Agustín (CASA), siendo la primera vez que se premia a este grupo indígena de Oaxaca y a una mujer.
Con el premio ahora la conocen más pero ella no busca fama y tampoco galardones, lo que añora es compilar sus poesías en un libro para poder guardar esas palabras que evocan la vida diaria de su comunidad, de su mar, su corazón, del amor y de las estrellas.
Lesvia tiene una libreta donde escribe sus planeaciones y también sus poemas, es madre de tres hijos a quienes ha inculcado su lengua que no ha sido fácil porque la mayor parte de los niños y jóvenes ahora prefieren hablar el castellano en sus hogares y escuela.
En San Mateo del Mar la mayor parte de las personas se dedican a la pesca, mientras que las mujeres realizan totopos, telares o comercian, pero son ellas las responsables de la crianza de sus hijos, razón por la cual Lesvia también les ha pedido que se involucren para que su lengua no se pierda y siga fluyendo como hasta ahora.
Lesvia es testaruda y cree que por eso sigue insistiendo en recuperar la lengua que los identifica, porque ella considera que la lengua es identidad y que si no se resiste, morirá.
“Aquí mucha gente escribe y lo habla pero también hay un número significativo que se ha desinteresado por enseñar a otros, cosa que a mí me gusta, porque las palabras dan profundidad, hablar una lengua es un acto de resistencia, es reafirmar que soy mujer mareña, que soy mujer de San Mateo del Mar”, indicó.
En escuelas de San Mateo del Mar reviven la lengua de los mareños
En las aulas de las cinco escuelas primarias y preescolar de San Mateo del Mar, en Oaxaca, además del bachillerato marista, también reviven la lengua ombeayiüts o el huave del oeste desde hace varias décadas se esfuerzan por compartir la materia de lengua y lo hacen durante seis horas a la semana y la incluyen en su horario escolar.
Los maestros realizan dinámicas, actividades e inclusive concursos donde se fomenta esta lengua indígena, y así le han hecho para que no muera.
Por ejemplo, la maestra Lesvia es creadora de recursos didácticos como juegos de lotería, rompecabezas, memoramas que han servido para reforzar el ombeayiüts en las aulas, y al igual que otros profesores le gusta diseñar nuevas estrategias de aprendizaje que le han funcionado a lo largo de más de una década.
“Aquí todos estamos comprometidos con la lengua y hacemos actividades, eso ha ayudado a las niñas y niños principalmente, es algo integral que hacemos desde nosotros, lo hemos construido con nuestro pensar para que nuestro idioma no muera”.