Una estudiante italomarroquí de 23 años que publicó en 2019 un mensaje satírico en Facebook sobre unos versículos del Corán fue detenida a mediados de junio en el aeropuerto de Rabat-Salé y condenada el 28 de ese mes por un tribunal de Marrakech a tres años y medio de prisión firme. El juicio se inició tras la denuncia interpuesta por una asociación religiosa de Marrakech. La mujer, que estudia turismo en la ciudad francesa de Avignon, ha sido también condenada a pagar una multa equivalente a 5.000 euros.
El padre de la detenida, un marroquí residente en Italia, declaró el pasado 30 de junio a la agencia France Presse con la condición de anonimato: “La he visitado hoy y está completamente destrozada. Han destruido su futuro. ¿Con qué derecho esta gente se erigen en guardianes de la religión?”. La hija había publicado un mensaje en el que intentaba imitar un texto del Corán. Pero, según su padre, ella ni siquiera conocía el tema del que hablaba, porque no “domina el árabe”.
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La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), la ONG más combativa y de mayor implantación en el país, expresó desde el primer momento su apoyo a la estudiante detenida. Y a causa de ese apoyo los miembros de la asociación están recibiendo amenazas en su página de Facebook, según indicó a este diario Omar Arbi, responsable de la AMDH en Marrakech.
Arbi lamenta que él y sus compañeros han recibido mensajes donde se dice que deberían ser torturados y asesinados por apoyar a una mujer que ha “injuriado al islam”. “Los integristas no aceptan que defendamos la libertad de expresión. Pero no nos van a callar, no tenemos miedo”, sostiene Arbi.
El responsable de la asociación humanitaria en Marrakech explica que ha hablado al menos en dos ocasiones con el padre de la detenida. “Pero en los últimos días el padre ya no quiere recibir llamadas ni de periodistas ni de asociaciones. Ha cambiado el abogado que tenía por una abogada y pretende mantenerse alejado de los medios”.
Reforma del Código Penal
Omar Arbi explica que el factor que ha hecho posible el encarcelamiento de la estudiante italomarroquí es la incorporación desde 2016 al Código Penal del artículo 267-5 que prevé penas de hasta cinco años de cárcel y 5.000 euros de multa para quienes atenten contra la religión islámica o contra el régimen monárquico. “El Gobierno, en lugar de modificar el Código Penal en su totalidad, incorpora una serie de artículos que restringen las libertades públicas. Y lo han hecho sin someterlo siquiera a la aprobación del Parlamento”.
El caso de la estudiante italomarroquí no se presenta como un hecho aislado en el Magreb ni tampoco en Marruecos, un país donde la emisora más escuchada es la radio Mohamed VI del Santo Corán, de propiedad estatal y con un 20% de la audiencia total. La radio, que nació tras los cinco atentados cometidos en Casablanca el 16 de mayo de 2003 por 14 terroristas, donde murieron 45 personas, emite 24 horas al día. Y todo su contenido gira en torno al islam. Los debates sobre el amor entre personas del mismo sexo están fuera de lugar. Así como el derecho de las mujeres musulmanas a heredar la misma cantidad de dinero y bienes que los hombres.
El actor marroquí Rafik Boubker, fue procesado en mayo de 2020 por emitir “blasfemias” en un vídeo publicado en las redes sociales donde llamaba a los imanes a hacer sus abluciones con vodka y whisky. Boubker elogiaba las propiedades del alcohol para “conectar con Dios”. A los pocos días, Bouker, publicó otro vídeo en Instagram donde presentó sus disculpas, dijo que todo se trató de “un error”, que no se encontraba en un “estado normal” y que solo pretendía bromear.
En Túnez, la bloguera Emna Chargui, de 28 años, fue condenada en 2020 a seis meses de cárcel por publicar en las redes sociales un texto considerado “ofensivo para el islam”. Amnistía Internacional emitió un comunicado en su día donde señaló que en lugar de acusar a Chargui formalmente, las autoridades deberían haber abierto una investigación sobre las amenazas de violación y de muerte que recibió la bloguera como respuesta a su publicación.
En Francia, un Estado laico, hay quienes han decidido tomarse la justicia por su mano para vengar las críticas contra su religión. Es conocido el caso de Mila, una adolescente francesa de 17 años que vituperó con palabras gruesas a la religión musulmana en las redes sociales y se ve obligada a vivir de forma clandestina desde hace más de año y medio, con protección policial y bajo amenazas constantes de tortura y violación.
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