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Conmoción en Canadá tras el hallazgo de los restos de 215 niños en un antiguo internado para menores indígenas


El hallazgo de una fosa común con los restos de 215 niños en terrenos pertenecientes al antiguo internado para menores indígenas de Kamloops, en la provincia de Columbia Británica, ha conmocionado Canadá. El macabro descubrimiento fue desvelado por Rosanne Casimir, jefa de la reserva Tk’emlups te Secwépmc (habitada por miembros del pueblo shuswap) en un comunicado hecho público el jueves. En el texto, Casimir señalaba que los restos de los alumnos se encontraron “el pasado fin de semana, con la ayuda de un especialista en radares de penetración terrestre”. Casimir indicó que algunos de los niños tenían tan solo tres años de edad y se desconocen los motivos y de cuándo datan las muertes. Se espera que a mediados de junio se publique un informe con más detalles y que en los próximos días se anuncie el destino final de los restos. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha escrito en Twitter que el descubrimiento es un “doloroso recuerdo” de “un vergonzoso capítulo de la historia de nuestro país”.

El internado de Kamloops, abierto entre 1890 y 1969, fue el mayor de estos centros en el país, destinados en teoría a integrar a la joven población indígena en el sistema y regentados por el Gobierno y las comunidades religiosas. De adscripción católica, en sus tiempos de mayor esplendor, alojaba a unos 500 alumnos procedentes de distintas comunidades autóctonas de Columbia Británica. Tras recibir la noticia sobre este hallazgo, Marc Miller, ministro federal de Servicios Indígenas, afirmó que el tema de los internados para menores indígenas “continúa siendo una vergüenza nacional, pero lo que resulta incluso más vergonzoso es que mucha gente no conoce esta realidad”. Entre 1883 y 1996, unos 150.000 niños fueron obligados a vivir en 139 de estos centros. La negligencia, los castigos físicos, la violencia sexual y el racismo fueron comunes dentro de sus muros. En junio de 2015, una comisión entregó un informe donde catalogó lo ocurrido en estas instituciones como un “genocidio cultural”.

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Muchos padres no volvieron a tener noticias de sus hijos. El informe de 2015 estableció que 3.125 menores fallecieron en estos centros. Cuatro años después, la cifra pasó a 4.134, pero algunos expertos calculan que podría rondar los 6.000. Rosanne Casimir indicó que, según su comunidad, los 215 niños de Kamloops no estaban incluidos en estos registros. El documento de la comisión señaló que la mitad del total de los decesos fueron por tuberculosis. La gripe, la neumonía y otras enfermedades también provocaron numerosas muertes. Otras más ocurrieron por incendios, suicidios, ahogamiento o hipotermia. No obstante, las causas siguen siendo una interrogante en diversos casos.

La tasa de mortalidad de los alumnos de origen autóctono entre 1941 y 1945 fue casi cinco veces superior a la del resto de menores canadienses. En los años 60 y hasta el cierre del último internado en 1996, esta tasa disminuyó, aunque siguió siendo dos veces más alta. Estudios académicos han establecido vínculos entre la experiencia en los internados y problemas de salud mental, drogadicción, alcoholismo y violencia en distintas reservas indígenas.

En 2008, el primer ministro Stephen Harper se disculpó a nombre de todos los canadienses con las comunidades autóctonas por el daño provocado por los internados. Un año antes, el Gobierno de Harper había llegado a un acuerdo para resolver la ola de recursos presentados en tribunales exigiendo indemnizaciones. Un comité de verificación publicó en marzo que Canadá desembolsó en total 3.230 millones de dólares canadienses (unos 2.190 millones de euros): 2.140 indemnizaciones por distintos montos fueron entregadas a 27.800 personas; la suma restante fue para gastos burocráticos y jurídicos.

Perry Bellegarde, jefe de la Asamblea de las Primeras Naciones de Canadá, ha expresado este viernes su dolor por el hallazgo de los restos de los 215 niños. “Si bien no es algo nuevo encontrarlos en antiguos internados, siempre es aplastante tener expuestas las heridas de ese capítulo”, manifestó.

Desde que llegó al cargo de primer ministro en 2015, Justin Trudeau se ha comprometido a favorecer la reconciliación entre los pueblos indígenas y el resto del país. Ha aumentado los canales de comunicación con los líderes autóctonos y los recursos para estas comunidades. Asimismo, puso en marcha una comisión relacionada con el asesinato y desaparición de mujeres indígenas (unas 1.200 víctimas desde 1980, según los cálculos más conservadores).

Sin embargo, existen aún retos de envergadura por superar. Por ejemplo, decenas de reservas siguen con problemas de acceso al agua potable y el racismo y la discriminación en instituciones policiales y sanitarias hacia los indígenas no son asunto anecdótico. La ley federal conocida como “Indian Act”, proclamada en 1876, continúa regulando gran parte de las actividades de los grupos autóctonos del país. Los indígenas representan el 4,9% de la población total de Canadá.




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