El tesoro de Hoxne es el mayor botín de la Britania romana. Supuso el descubrimiento del mayor tesoro de objetos de oro y plata que se encontró en el Imperio Romano.Todo empezó con el descubrimiento con el detector de metales de Eric Lawes que buscaba el martillo que su amigo Peter Whatling había perdido trabajando. Al final no era el martillo, se trataa de u conjunto de cadenas de oro, monedas y cucharas de lata.
Se llegaron a llenar dos bolsas de plástico, pero el detector continuaba indicando la existencia de más objetos en el subsuelo. Al saber esto, se notificó su hallazgo a las autoridades del condado de Suffolk, propietario del terreno.
Cerca de la superficie se llegaron a encontrar varios bloques de objetos metálicos ordenados y muy bien conservados. A fin de evitar expolios por parte de coleccionista de antiguedad y aficionados los responsables arqueológicos del condado, lo que hicieron fue realizar en secreto una excavación arqueológica de urgencia.
El descubrimiento fue sorprendente, puesto que cerca de la superficie se encontraron varios bloques de objetos metálicos ordenados en buen estado de conservación.Algunos de ellos constaban de tela que os envolvían.
Un hallazgo muy famoso
La zona se fue barriendo con más detectores a fin de asegurar que se recuperaba la totalidad. Llegaron a ser 15.234 monedas de oro y plata, de los siglos IV y V, además de 150 objetos del mismo periodo, si sumamos la vajilla de mesa y joyería. Curiosamente también se recuperó el martillo que Whatling había perdido. La totalidad del material se llevó al Museo Británico para someterlo a un estudio meticuloso.
Los intentos que se mantuvieron de que la excavación fuera en secreto hasta investigar todo el yacimiento fueron fallidos. 72 horas después, el diario The Sun lo descubrió. Un solo día después, el Museo Británico tuvo que convocar rueda de prensa urgente, anunciando de manera oficial lo que poco se conocía sobre el hallazgo.
Al año, se anunció que, de acuerdo con la ley británica, el tesoro no podían reclamarlo los dueños del terreno por su antigüedad. Los descubridores en cambio, recibieron un pago en metálico, por el valor del propio hallazgo, fijado en 1,75 millones de libras por el Comité de Valoración de Hallazgos de Tesoros. Los dos amigos, Eric Lawes y Whatling, no dudaron en compartir de forma equitativa la cantidad en la que estaba valorada el tesoro. Toda una sorpresa que como vemos nació de una casualidad.
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