Cada día muchos fieles suben de rodillas e imbuidos en el silencio de la oración la “Escalera Santa” de Roma, 28 peldaños de mármol que según la tradición subió Jesucristo para ser juzgado y que desde hoy, por primera vez en tres siglos, se muestran sin la madera que los protegía.
“Durante sesenta días podremos recorrer con nuestras rodillas y tocar el mármol que el mismo Jesús pisó en el palacio del pretorio donde fue juzgado por Poncio Pilatos”, manifestó el padre Francesco Guerra, rector del Pontificio Santuario de la “Escalera Santa”.
La escalinata de mármol ha sido restaurada durante los últimos dos años, desvelando algunos de sus secretos mejor guardados, y para su inauguración al descubierto fue bendecida por el cardenal vicario de Roma, Angelo De Donatis, que esparció agua bendita con un hisopo.
Los peldaños se ubican dentro de un edificio próximo pero independiente a la basílica de San Juan de Letrán de Roma y suponen uno de los lugares de peregrinación más visitados de la ciudad.
Según una antiquísima tradición, Jesús subió esta escalera en el palacio pretorio de Jerusalén donde fue condenado a muerte y fue trasladada a Roma en el 326 d.C por orden de Santa Elena, madre del emperador Constantino, quien en 313, en virtud del Edicto de Milán, legalizó el cristianismo y lo hizo religión oficial del Imperio tras siglos de persecuciones.