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Consulta sobre ex presidentes: ¿ejercicio de memoria histórica o estrategia electoral?

“Hoy en día no sabemos cuál es la acusación precisa y formal que se haría respecto a cada uno de ellos”: Reyes Orona.

La socióloga Teresa Rodríguez de la Vega consideró que la consulta sobre si se debe enjuiciar a los ex presidentes es un ejercicio de memoria histórica mientras que para Alfredo Figueroa y Gabriel Reyes Orona forma parte de una estrategia electoral.

“Esta consulta se dirige a sentar una narrativa de responsabilidad histórica como ejercicio de memoria, esa es su importancia política. Yo votaré que se juzgue a los ex presidentes sin tener claro cuál es el vericueto legal para que esto después se traduzca en hechos judiciales“, reconoció Rodríguez de la Vega.

“La cuarta transformación nos debe deslindarse del pasado de una manera más tajante. La consulta es una iniciativa que organiza la inconformidad del pueblo y la proyecta en la escena pública, está más dirigida a eso que a los vericuetos legales”, anotó.

Dijo desconocer qué tanto con esta consulta se esté intentando alimentar la opinión pública de cara a los procesos electorales venideros, pero reconoció que es un ejercicio “muy propagandístico, en el estilo en que ha hecho las cosas López Obrador, con apelación a sus votantes”.

Expuso que aunque no hay carpetas de investigación abiertas y no sabemos de qué se les va a juzgar a cada ex presidente, “el acento que hay que poner ahorita es que la consulta es un acto de memoria histórica y de deslinde de la narrativa pública con el pasado”.

Además de que mostrará “lo golpeada” que está la imagen de los ex presidentes, pues “los resultados de la consulta van a arrojar a la luz pública la enorme indignación que el pueblo de México tiene con los ex presidentes, se les juzgue o no, por eso yo creo que es un acto de memoria histórica”.

Su realización constituirá una “ruptura con un pasado que nos agravia”.

En cambio, para el ex consejero Alfredo Figueroa este no es un ejercicio de memoria histórica, pues esto último “tiene que ver con reparación del daño, tiene que ver con el acceso a la verdad, y con un conjunto de procesos institucionales que pasan por reconocer qué fue lo que ocurrió”.

Lo que hace AMLO, opinó, es utilizar esta narrativa en el marco de un proceso electoral, mientras “el país se encuentra en una extraordinaria crisis económica, sanitaria y cuando la imagen del presidente vienen decayendo”.

“Habría que construir otro tipo de mecanismos de carácter institucional que permitan encontrar justicia, verdad y reparación del daño”, comentó.

“Veo mucho más una estrategia electoral, intentado poner en el centro un ejercicio de: quiero distinguirme de aquellos que actuaron el pasado, lo cual resulta útil como propaganda, pero necesitamos una investigación judicial”, apuntó.

A Figueroa le preocupa que cada esfera del poder siga actuando sin coordinación o sin un marco constitucional que arrope sus decisiones.

Al respecto, Gabriel Reyes Orona lamentó la “falta de seriedad” en este ejercicio, pues “hoy en día no sabemos cuál es la acusación precisa y formal que se haría respecto a cada uno de ellos” (los ex presidentes).

“Nadie sabe de qué se acusa a los acusados y ese es el más elemental de los principios”, insistió.

“Lo que estamos haciendo hoy en día es tender un gran velo sobre los problemas nacionales y la falta de resultados”, aseguró.

En lugar de esto, debería haber un maxiproceso, el cual podría develar en su conjunto la corrupción.

Si de lo que se trata es de una condena histórica, se podría mejor convocar a una comisión de la verdad, mencionó.

Lo que hace el presidente es pedir “un cheque en blanco para someter a los expresidentes a procedimientos judiciales, sin una causa precisa, sin una carpeta de investigación”; sostuvo que “en los estados de derecho, el presidente no juzga ni condena”.

Lo que observa Reyes Orona es la “construcción de una hoguera”, con un “un ejercicio de reprobación para propósitos electorales”.






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