Corea del Norte ha disparado este jueves desde su costa oriental y hacia el mar dos misiles balísticos, los primeros del mandato del presidente Joe Biden en Estados Unidos, según los Gobiernos de Japón y Corea del Sur. El Consejo de Seguridad surcoreano ha celebrado una sesión de urgencia para analizar los datos del lanzamiento, en la que ha expresado su “grave preocupación”.
Las pruebas ocurrieron a las 7.06 y 7.25, horas locales (23.06 y 23.25 hora peninsular española del miércoles), según las fuerzas armadas surcoreanas. Los proyectiles no cayeron en sus aguas territoriales. “Examinamos toda la información disponible y tratamos de confirmar la seguridad marítima y aérea de nuestro territorio”, ha declarado el primer ministro nipón, Yoshihide Suga.
Por su parte, las fuerzas armadas surcoreanas han indicado que los misiles, disparados desde la provincia de Hamgyong del Sur, alcanzaron una altitud de 60 kilómetros y recorrieron aproximadamente 450 kilómetros.
Se trata de la segunda prueba norcoreana que se da a conocer en los últimos dos días. El miércoles, Corea del Sur y Estados Unidos habían confirmado que el pasado fin de semana el Norte había lanzado dos misiles de crucero desde la costa occidental, en dirección oeste hacia el mar. El régimen de Kim Jong-un no ha confirmado esos disparos, a los que tanto Washington como Seúl restaron importancia, en un aparente intento de mantener abiertas las vías de comunicación con Pyongyang.
Las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra el programa nuclear de Corea del Norte prohíben pruebas de misiles balísticos, diseñados en principio para transportar ojivas atómicas. No vetan, en cambio, los ensayos de misiles de crucero, menos potentes y más lentos.
Las actividades militares norcoreanas tienen lugar después de que en la última semana Pyongyang hubiera encendido la retórica contra su vecino del Sur y Estados Unidos, que este mes desarrollan conjuntamente maniobras militares virtuales. La hermana y mano derecha de Kim Jong-un, Kim Yo-jong, había advertido a Washington que, si emprendía movimientos que el Norte interpretara como hostiles, se arriesgaba a “perder el sueño en los próximos cuatro años”. Las pruebas de este jueves son las primeras de misiles balísticos norcoreanos desde marzo del año pasado.
Desde su llegada al poder, la Administración de Biden lleva a cabo una profunda revisión de su política hacia Corea del Norte, que está a punto de concluir. La semana próxima, los consejeros de Seguridad Nacional de Japón y Corea del Sur viajarán a Washington para coordinar posiciones, después de que los secretarios estadounidenses de Defensa, Lloyd Austin, y de Estado, Antony Blinken, completaran la semana pasada una gira por Tokio y Seúl, la primera salida al extranjero de su mandato.
En un comunicado, el mando del Pacífico estadounidense ha considerado que el lanzamiento subraya “la amenaza” que representa el programa de armamento norcoreano.
Durante el mandato de Donald Trump, Kim Jong-un se reunió en tres ocasiones con el presidente estadounidense para tratar sobre desnuclearización en la península coreana. La primera de la historia entre un líder norcoreano y un jefe de Estado de EE UU se celebró en Singapur en 2018, tras una intensa campaña de pruebas de misiles y nucleares por parte del Norte el año anterior, y se cerró con una vaga declaración de intenciones. La segunda, en Hanói en febrero de 2019, concluyó con un rotundo fracaso que no pudo enmendar la tercera, en la frontera intercoreana en junio de ese año. Desde entonces, las conversaciones se encuentran estancadas y la Casa Blanca ha reconocido que Pyongyang no ha respondido a sus intentos de restablecer el diálogo.
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